Es comprensible que en su loca carrera por la (Vice) Presidencia, Hermes Binner, intente acercarse a los sectores del establishment en búsqueda de guiños de "gobernabilidad" para su próxima vicepresidencia; más aún, proviniendo de las filas del Partido Socialista, agrupación política en creciente radicalización.
En tan agradable marco, les dijo a los empresarios -en palabras y en gestos- que él será un vicerpresidente normal, para un país normal: la seguridad jurídica está garantizada, tocará bajito la campanita en el senado, etc. etc.; en resumen, que se queden tranquilos, y que su modelo de vicepresidente es Cobos o, no?. A falta de creencia en sus palabras -que se las suele llevar el viento-, los empresarios tienen como prueba los logros de su gestión en Santa Fé.
Pero no sólo garantizó la tranquilidad y los buenos negocios de los empresarios, sino que opinó sobre el acto del la CGT, “Yo voy a coincidir con Moyano, eso era un coloquio de lealtad y este es un coloquio de ideas, necesitamos ideas para saber qué necesitamos. Él pertenece a una organización antigua, nosotros necesitamos instituciones modernas”.
Dichas declaraciones sobre la antiguedad de la organización de los trabajadores nos sorprenden. Evidentemente a Hermes sus amigos socialistas europeos no lo llaman seguido o el correo de la Internacional Socialista le debe llegar tarde. No queremos creer que semejante definición se deba a que Moyano es "medio" negro y peronista. No, no, sino que el PS sigue profundizando la orientación: "socialismo sin trabajadores, sólo con clase media es otra cosa".
En fin, por suerte en Europa los sindicatos son instituciones modernas, no?
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