jueves, 2 de diciembre de 2010

Un país normal, ¿Cuál?

Bueno, esto de las dádivas populistas parece no tener límites. Y cómo bien se sabe, las instituciones de la República encuentran su sentido y fundamento en la demarcación de límites, no?. Sino, a dónde vamos a llegar, eh?

Por ello, desde La Bramuglia, nos vemos en la imperiosa necesidad de mostrarle a todos y todas, dos ejemplos que muestran como los recursos del estado se pueden utilizar para construir o destruir la República: unos, despilfarran los recursos sólo para ganar elecciones a como dé lugar; en cambio (y por suerte) otros, cuidan cada centavo con el objetivo de garantizar la vida plena de las instituciones de la República, sin discrecionalidad y favoreciendo a los que menos tienen, que cómo se sabe es el deber fundamental de todo progresista. ¿Eso no es acaso un país normal?











PD: Lo ingrato de la política, no Pechito?. Cómo bien dice el saber popular, billetera mata galán republicano.

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