lunes, 15 de octubre de 2012

“La reforma del Banco Central que hicieron ustedes es lo que pedimos nosotros”

EL PAIS › REPORTAJE A JEAN-LUC MELENCHON, DIRIGENTE DE LA IZQUIERDA FRANCESA

Aportó sus votos para la derrota de Sarkozy y reivindica los procesos mayoritarios en Sudamérica, Chávez incluido. Dice que su función es provocar la discusión con humor, reivindica la ley de medios y la estatización de las jubilaciones, y apunta que un atraso de las revoluciones ciudadanas es no consagrar el derecho al aborto.
Por Martín Granovsky


Pide disculpas por su apasionamiento y habla un español que le alcanza para expresar también los matices y las propuestas. De visita en Buenos Aires, Jean-Luc Mélenchon, de 61 años, el candidato de la izquierda francesa que sacó cuatro millones en la primera vuelta de las últimas presidenciales y llamó a votar por el socialista François Hollande en la segunda, dialogó con Página/12 sobre qué aprendió en Sudamérica y cómo piensa que saldrá Europa de la crisis.

–Usted suele hablar de revolución democrática y da como ejemplo América latina. ¿En qué sentido lo dice?

–Lo decía. Dejé de usarlo porque no me parecía claro y podía dar lugar a malentendidos sobre revoluciones que no fueran democráticas. Ahora prefiero hablar de revolución ciudadana.

–¿Qué es esa revolución?



–Nunca la humanidad fue tan numerosa. Nunca estuvimos tan juntos: hoy la mayoría de la población mundial está en las ciudades. Nunca hemos estado tan conectados unos a otros. La vida humana es diferente de cuando había pequeños grupos campesinos o un archipiélago obrero en un ambiente de campos vacíos. Hoy la gente que vive en la ciudad está más unificada en el modo de vivir y también en su comportamiento. Todo eso marca el fondo antropológico de lo que llamamos la revolución ciudadana. Un hecho nuevo es la toma de conciencia sobre que hay un único ecosistema compatible con la vida humana. Hay un interés general. Somos semejantes. El negro no es inferior al blanco, la mujer no es inferior al hombre... Hay una fenomenología en la que la Argentina tiene un papel particular.

–¿La Argentina?

–Recuerde. Primero la gente se retira de los partidos y a veces de los sindicatos, o no va a votar.

–Argentina 2000 o 2001.

–Segundo momento: la política neoliberal parcializa y fragmenta, y parece que no hay poder distinto ni alternativo. El que quiere otra cosa es visto como irresponsable o loco. Si hay más pobres en la calle o hay obreros sin empleo no importa. ¿Acaso, dicen los neoliberales, la sociedad no está acostumbrada a que esa gente sufra? Pero está el que se casó correctamente, fue a la escuela, compró la casita correspondiente y el auto que convenía. El que hizo todo bien. Un día descubre un corralito. O que su patrimonio se evaporó. No está preparado para la lucha. Pero incluso sin esa preparación la respuesta es dura: “Que se vayan todos”. En Venezuela el detalle fue el boleto de colectivo.

–Habla del Caracazo de 1989.

–Sí. En Bolivia, en 2005, el precio del agua. En fin, en cada país hay un hecho en apariencia débil e insignificante... En Túnez un hombre que vendía frutas se peleó con la policía. Lo que surge en estos casos no tiene programa político ni ideología. La gente solo reclama arreglar problemas concretos. Ahora, son problemas concretos y fundamentales. ¿Cómo puede ser que no haya escuelas, que no haya agua? ¿Por qué en mi país ahora los trenes circulan menos o uno escucha que los aviones no salen porque está por llegar el invierno? ¿No hacía frío antes? Esa combinación de detalles hace que muchos lleguen a una conclusión: este sistema no funciona porque no cumple con el requisito de permitir la vida en común. Hay temas más graves, claro. Los hospitales. En Francia decae la organización sanitaria. Hoy día no se puede dar a luz a menos de dos horas de casa. No hay lugar. No pasaba antes. O sea: la gente rechaza la política pero hace política como nunca antes. Quiere reorganizar todo.

–Es que preocuparse por problemas concretos y por buscar soluciones es hacer política.

–¡Claro! Mi programa habla de radicalidad concreta. La revolución empieza en los hechos cotidianos. Yo tomo agua y usted no tiene para pagársela. Puedo explicar cualquier cosa, pero el agua no está disponible. La cultura lo percibe. Percibimos la realidad económica a través de valores, de hechos culturales, de la reconstrucción del ser y no sólo la adhesión a un programa determinado. Estamos en que la gente rechaza la política y hace política como nunca. Es el momento ciudadano, porque cada uno no solo expresa lo que es bueno para sí mismo, como en el momento de votar democráticamente. Decir qué es bueno para todos es el momento de la república y la ciudadanía. Mire, yo tengo formación materialista histórica, busco categorías nuevas. Existen las clases liberadoras, como hablaba el marxismo de la clase obrera, pero el actor nuevo es el ciudadano humano. El actor es el pueblo. La luz es una onda y una materia al mismo tiempo. La clase obrera es pueblo y el pueblo, la sociedad, incluye ineludiblemente a la clase obrera. También es la realidad.

–Llevémoslo a Sudamérica.

–Es que lo que yo cuento no se inventó en Francia. Surgió en Sudamérica. Después de la caída del supuesto campo socialista nos quedamos como perdidos. Incluso los no comunistas. ¿Nos habríamos equivocado totalmente?

–¿Cuál es su respuesta?

–Que no. Y nos lo enseñó América del Sur. Cuando unos anunciaban el fin de la historia, otros inventaron la teoría del choque de civilizaciones. Hablo de los gringos.

–Samuel Huntington.

–Sí. Un punto central, porque esa teoría es la que organiza el pensamiento de las cancillerías europeas y del Departamento de Estado. Ambas decían que, terminado el perverso comunismo, sólo quedaba un sistema basado en el impulso del egoísmo social.

–América del Sur, con diferencias de camino en sus países, está construyendo un Estado de bienestar. Europa parece estar destruyendo el Estado de bienestar. ¿Aquél fue un momento de ciudadanía?

–Un gran momento. De ciudadanía y de civilización. Hoy estamos yendo para atrás en Europa. En Francia, donde había antes una cultura política y geopolítica muy grande, con interés por América del Sur, por lazos culturales y por abuelos comunes, hoy ya casi no hay nada.

–¿Por qué esa involución?

–Por la demonización de las revoluciones ciudadanas de América del Sur. Para que se callen los pueblos de Europa hay que convencerlos de que nada bueno puede suceder en otros sitios del mundo. Chávez es un diablo. Kirchner también. Poco menos que cubanos disimulados. Entonces la ignorancia es total sobre los programas y las realidades. Los franceses no sabemos qué ocurre con las modernizaciones que suceden en la Argentina.

–Se suma, sobre Brasil, una demonización al revés. Para desacreditar a Lula, la derecha europea lo presentaba elogiosamente como el conservador que sin duda no es.

–Efectivamente. Lula fue santificado por esos sectores europeos cuando vieron que Chávez seguía creciendo. Inventaron la imagen de una izquierda tranquila que no hacía nada raro. Pero todo se terminó en un día. Los diarios de derecha de Venezuela, por ejemplo, aunque debería decir simplemente los diarios, porque todos los diarios venezolanos son de derecha, reflejaban que Henrique Capriles decía que era lulista. Capriles mismo lo explicaba. Pero un día apareció el video de Lula llamando a la victoria de Chávez. Entonces al día siguiente y sin ninguna vergüenza explicaron que Lula era un sinvergüenza y un alcohólico. No les importa la verdad. Les importa la propaganda. Por eso no les interesa qué pasa en la Argentina salvo que cometa un terrible aracaísmo, dicen, como nacionalizar el petróleo. Creo que el control estatal del petróleo fue una de las pocas veces en los últimos cinco años por las que salió una noticia argentina en la prensa francesa. Otra, tal vez, la solidaridad con los pobres y miserables campesinos del 2008 que no querían pagar derechos para exportar su soja... Nada sobre matrimonio igualitario, nada sobre la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, que ustedes hicieron y es lo que pedimos nosotros para el Banco Central Europeo, nada sobre el veneno que significa la jubilación por capitalización privada y cómo la Argentina terminó con eso. Ustedes no saben hasta qué punto esas cosas que hicieron son adelantos en el mundo de hoy.

–Cuando se discutió la ley de matrimonio igualitario, un arzobispo llegó a convocar a una guerra de Dios. Usted suele hablar del laicismo como un valor importante.

–El laicismo es fundamental para el hecho republicano. Por supuesto que no tiene nada que ver con rechazar la fe del que cree, injuriarlo o perseguirlo. Eso es repudiable. Se trata, más bien, de la separación estricta entre el hecho religioso y el hecho político. Esa separación debe ser institucional. Si la separación existe, no hay problema con las creencias de cada uno. La creencia de otro hasta puede ayudarme a interpretar cuál es el interés general. Pero no puedo decir, en términos religiosos, en tanto Estado, que hay que seguir tal o cual política solo porque dogmáticamente el mercado lo exige. No hay verdades indiscutibles. La verdad de la fe está en la esfera privada.

–No debe haber una religión de Estado.

–No.

–Ni una filosofía de Estado.

–No, señor.

–Ni una ideología de Estado.

–No. Nada de eso. Tampoco. El laicismo tiene una raíz filosófica. Considera que todos los seres humanos son semejantes e iguales por naturaleza. Que somos, además, seres de conciencia. Tu ser biológico no está primero. Tú eres el padre del niño que tú amas. La única verdad en tu paternidad es tu amor, no tu sangre. Por eso quiero abordar un tema: el derecho al aborto. Es una cuestión central de la definición sobre el ser humano. Una aptitud biológica no puede ser un destino. La altura no determina si alguien será arquitecto o biólogo. El sexo tampoco. Y si usted no quiere tener un niño, no es un niño. Es un feto. ¿Quién es dueño de su cuerpo? Cada uno. La mujer también. No estoy por el aborto. Estoy por el derecho al aborto. Si la Iglesia quiere actuar sobre la fe de cada uno, que lo haga libremente. Pero lo aceptará quien quiera y lo interpretará cada uno a su manera. Nada quita el derecho. Para mí, el atraso sobre el derecho al aborto es el costado más negativo de las revoluciones ciudadanas en América del Sur. Y no es cualquier tema, porque se relaciona con la concepción que tenemos del ser humano.

–Para peor, cuando el Parlamento uruguayo promulgó el derecho al aborto, Tabaré Vázquez lo vetó.

–Una vergüenza. La gente no eligió a un hombre de izquierda para hacer algo distinto de una política de izquierda. Y no hay política de izquierda sin el reconocimiento del derecho de cada persona humana a su autonomía y a su desarrollo personal. Con esto no se puede tener miramientos.

–Una discusión de la izquierda clásica es qué tipo de crisis vive cada vez el capitalismo. ¿Una crisis terminal? Le pregunto a un hombre de izquierda qué crisis es.

–Una crisis muy clásica. Solo, señores y señoras, un conflicto por la distribución de la riqueza. Mi país es más rico que nunca. Pero la riqueza sigue pasando cada vez más del trabajo al capital. Hace unos 25 años, en mi patria no gobernaba el comunismo de Estado, ¿eh? Ese dinero que pasa, ¿dónde está? Fue a la esfera financiera, que vive su vida aparte y cada tanto, cuando sobreviene una crisis fuerte, convierte una porción de la riqueza en humo. El Banco Central Europeo, para colmo, no quiere prestar ni un euro a ningún banco central de los Estados. Pero prestó millones y millones de euros a los bancos para que se refinancien. Los bancos tomaron dinero barato y luego pusieron ese dinero otra vez a tasas altas. Encima hicieron otro negocio más en medio de la crisis. Parece humor negro. Una locura. Creen que hay una única manera de manejar la sociedad y la economía. Y en los hechos vemos el parasitismo social de unos que viven cada vez mejor y muchos que viven cada vez peor. América latina idealizó la Unión Europea pero, ¿dónde están las instancias democráticas del Mercosur? La integración económica no lleva automáticamente a una integración ciudadana. Al contrario. El capital acepta la integración a condición de que haya la menor regulación posible. Ahora, en Europa, antes de examinarlo en el Parlamento, hay que presentar el proyecto de presupuesto en la Comisión Europea para que apruebe el nivel de déficit. Si no, la propia Comisión lo corta. Y si uno vota en contra será castigado. La verdad es que los franceses no lo deben haber entendido bien.

–¿No?

–No, claro que no. Cuando lo comprendan se darán cuenta de algo. Hicimos una revolución contra el rey en la que el tema inicial fue quién decide sobre los impuestos y sobre el presupuesto.

–Usted habla de la Revolución Francesa de 1789.

–Sí. Y hoy surge otro rey, con derecho de veto contra todo lo que quieren los pueblos. Es la Comisión Europea.

–Fue candidato en primera vuelta de las presidenciales y en la segunda llamó a votar por el socialista François Hollande.

–Para echar a Nicolas Sarkozy. Lo echamos. Ahora tenemos a un socialdemócrata que no tiene nada de socialdemocracia, de Estado de bienestar social. Lo destruye. Es un social liberal. Hollande seguirá destruyendo porque sigue sacando dinero de la economía nacional. Cerrará hospitales, escuelas...

–¿Qué propone para cortar ese proceso?

–La acción popular. Intenté todo antes. Pertenecí al Partido Socialista 30 años, fui dirigente 15 años, fui ministro de Educación de Leonel Jospin. Lamentablemente hay que sacar la conclusión de que socialdemocracia en serio se acabó, como antes se había acabado el comunismo de Estado. El primer ministro griego, Giorgos Papandreu, fue presidente de la Internacional Socialista. Cuando los mercados financieros asaltaron a Grecia no resistió ni una hora. Lo mismo hizo José Luis Rodríguez Zapatero en España. Hoy pagamos que ninguno haya resistido. Con resistencia no habría habido esta ola de especulación que incluso llegará a Alemania, aunque se crea intocable.

–¿Alemania también?

–Claro. Es un tigre de papel. La población envejeció y cada vez hay menos niños. Cree que su producción no la puede hacer nadie más. ¿Acaso piensan que los chinos no terminarán produciendo lo que hoy producen los alemanes? ¿O los indios? Los principales clientes son los españoles, los franceses, los portugueses. Más del 80 por ciento del comercio de los países europeos es intraeuropeo. Si la recesión sigue, terminará pasando a Alemania. Los bancos continuarán cortando el presupuesto, luego verán que hay recesión y constatarán que la recaudación disminuye y entonces las calificadoras rebajarán la nota. Es un círculo vicioso.

–¿Cómo se corta?

–Otra vez: por la acción popular. Hoy la gente no entiende nada de deuda. Hay que explicar, informar, provocar la reflexión, trabajar con humor, descorrer el velo. Todo va a pasar como en la Argentina. En un punto la gente no entiende nada, ¿no es cierto? Y en otro punto siente que le saltaron a la garganta. No sé cómo, pero una vez pasará. Me pasa en las manifestaciones. La gente se me acerca y me pide que haga algo. ¿Qué puedo hacer, si no tengo ningún poder? En Buenos Aires hoy hay menos gente durmiendo en la calle que en París. Somos la quinta potencia del mundo. A algunos barrios no entran ni la policía ni los bomberos. En Europa empezamos a conocer lo que ustedes los latinoamericanos ya conocen: la acción de los carteles de la droga. Matan en la calle. No estamos acostumbrados. Me da mucha pena mi pobre país.

–¿En qué consistiría hacer algo desde el gobierno?

–Primero, yo no iría a pedir a la señora Angela Merkel. No le preguntaría si está de acuerdo con lo que quiero hacer. Los otros países son todos de derecha, pero no importa, no son enemigos. Entonces, podemos entendernos. Cambiemos el estatuto del Banco Central Europeo. Esa será la primera herramienta para financiar el desarrollo y la recuperación de la actividad económica. Y después está la radicalidad concreta que le mencioné. La planificación ecológica. El cuidado de no destruir ni al planeta ni a nosotros mismos. Estamos frente a una emergencia. ¡Somos capaces! Pero sufrimos líderes que no saben cómo es el mundo y qué hacer con él para mejorarlo. Ustedes lo saben bien: cinco presidentes en poco tiempo después de la crisis de fines del 2001, antes de Néstor Kirchner. En Venezuela el Caracazo terminó en muertos.

–No solo hay un problema de intereses sino de escasa lucidez.

–Sí. El hecho cultural siempre es importante en las elites. Están convencidos de lo que piensan y hacen. Gente cultivada que me ve a mí como a un loco. Y yo mismo, en cambio, soy la prueba de que las cosas suceden de manera muy tradicional. ¿Porque soy muy inteligente me votaron cuatro millones de personas? El compañero Alexis Tsipras, en Grecia, ¿llegó al 18 por ciento solo por su capacidad individual? ¿Y por lo mismo pasó del 18 al 28? Vamos a llegar al poder. No sé cuándo ni cómo, pero la cadena se romperá, como pasó en la Argentina. Un día la gente se para, mira y sale algo bueno. Claro que hay problemas. ¿Dónde no hay? Tienen los derechos humanos, esta ley de prensa que votaron...

–Es solo para los servicios de comunicación audiovisual, no es una ley de prensa.

–Entonces hay que hacer otra. Se habla mucho de independencia de la prensa, pero al final es la libertad de que todos digan lo mismo. La democracia no es el consenso, que es dictatorial, sino el disenso, que es popular.

–Coincido en ese aspecto pero no en el otro. Mi opinión es que la prensa escrita no debe ser regulada.

–No es mi punto de vista.

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“Los medios se han transformado en el principal partido opositor”

EL PAIS › EL FILOSOFO ERNESTO LACLAU Y LOS MODELOS POSIBLES DE DEMOCRACIA



Visitante cada vez más frecuente al país, analiza el triunfo de Chávez y la anomia europea en clave de construcciones políticas. El peligro de la oposición salvaje y el de la blandura. El rol de los medios en Argentina.
Por Fernando Cibeira


El filósofo Ernesto Laclau reside en Londres y tiene pautado viajar seis semanas por año a la Argentina, aunque reconoce que últimamente viene más seguido. Esta vez su llegada coincide con el ciclo Debates y Combates que la Secretaría de Cultura organizó en Tecnópolis, del que participaron también otros destacados politólogos, el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, y el

líder de la izquierda francesa Jean-Luc Mélenchon (ver páginas 18 y 19). Laclau recibe a Página/12 en el bar del Hotel Claridge poco antes de partir a la jornada de cierre del debate, todavía satisfecho por el resultado de la elección venezolana del domingo pasado y, como siempre, con el ojo atento a la realidad argentina.



–¿Le extrañó que el candidato opositor venezolano, Hernán Capriles, dijera que La razón populista era su libro de cabecera?

–No creo que haya dicho eso. De todos modos, si es su libro de cabecera, lo entendió poco.

–¿Lo dice por su propuesta de campaña?

–Por toda su intervención política, que apuntó a restituir el espacio político de la derecha en Venezuela. Muchas veces esos espacios políticos se construyen a través de discursos que no son formalmente de derecha pero que cumplen ese papel. En 1945, en Argentina, el discurso desde el punto de vista ideológico de la Unión Democrática, del Partido Comunista digamos, no era un discurso de derecha, pero funcionó políticamente como la plataforma electoral de la derecha. Eso pasa muchas veces. Yo había dicho que aquí grupos como Libres del Sur y Pino Solanas tenían como destino manifiesto terminar siendo aliados en un frente opositor antipopular, y eso es lo que está empezando a insinuarse.

–¿Lo sorprendió de alguna manera el triunfo de Hugo Chávez?

–No me sorprendió. Yo estuve unos días antes en la embajada argentina en Londres con la embajadora Alicia Castro y con un grupo de figuras de la izquierda británica, y todos coincidimos en que el triunfo de Chávez era ineluctable. Ha sido una victoria no sólo para Venezuela sino también para América latina, que está empezando una etapa en condiciones políticas y económicas mucho mejor que la que inició a comienzos de este siglo. Con la incorporación de Venezuela al Mercosur, la integración latinoamericana ha recibido un impulso fundamental. El Mercosur va a ser una potencia económica internacional de un peso considerable.

–¿Una derrota de Chávez hubiera revertido este proceso?

–No sé si lo hubiera puesto en peligro terminal, pero le hubiera puesto un freno.

–Si uno lee los medios de allá, da la sensación de que en Europa todavía les cuesta entender por qué los venezolanos siguen votando a Chávez. ¿Es así?

–En Europa hay una especie de cortina de humo que no sólo comparten por sectores de derecha sino también por algunos sectores de izquierda que forman parte de regímenes socialdemócratas, que tienden a coincidir en condenar la “deriva populista” de las revoluciones populares latinoamericanas. El problema es que la socialdemocracia europea se ha acoplado al tren del neoliberalismo. En casi todos de los países europeos la socialdemocracia ha jugado no un papel opositor al modelo dominante, sino un papel de complementación al modelo dominante.

–¿Cómo encuentra el clima político en Argentina, por estos días bastante centrado en la aplicación de la ley de medios?

–En Argentina la oposición política no logra construir un frente de fuerzas creíble. Eso es entendible porque ellos no pueden trascender el horizonte neoliberal que gobernó Argentina desde los mediados de los ’80 hasta el surgimiento del kirchnerismo. En esa medida, todos estos sectores están desaglutinados, sin propuestas reales. La única fuerza que consigue aglutinar una acción opositora son los medios, que se han transformado en el principal partido opositor. (Héctor) Magnetto es uno de los ejes de la acción opositora en la Argentina, incluso si él no actúa abiertamente en política. La acción opositora deriva hacia la acción social de los medios y estos sectores representan la única oposición creíble en este país.

–¿Usted también considera tan determinante el 7 de diciembre?

–Vamos a ver lo que pasa. Ahora se está jugando si va a haber una acción imparcial del Poder Judicial en términos de la demanda de Clarín o si va a haber una decisión cargada por la voluntad de crear obstáculos al Gobierno. El 7 de diciembre –o el 10, como dijo Cristina el otro día– es una fecha clave en el sentido de que el poder monopólico tiene que comenzar a desarticularse.

–En Argentina, la oposición, más que plantear un modelo alternativo al del Gobierno, plantea un discurso “institucionalista”, incluso uno de los motivos de unión opositora fue el rechazo a la re-reelección presidencial. ¿Cree que ese discurso es acertado?

–El argumento de un institucionalismo radical es típico de la derecha. Las instituciones nunca son neutrales, son la cristalización de la relación de fuerzas entre dos grupos y cualquiera que intente romper con esa relación de fuerzas iniciando un proyecto más radical va a chocar con el orden institucional vigente. Esto no significa que haya que pasar a un radical “antiinstitucionalismo”, de lo que se trata es de pasar a nuevas formas institucionales por las cuales las nuevas fuerzas intervinientes comienzan a expresarse. Eso me parece que está ocurriendo en Argentina. No hay el menor esfuerzo por parte del Gobierno por romper las normas institucionales vigentes pero sí hay, y eso lo considero positivo, un esfuerzo por crear una institucionalidad de tipo nuevo.

–¿Para esa institucionalidad de tipo nuevo sería necesaria una reforma constitucional?

–Hay quienes piensan que no, yo pienso que sí es necesaria. La última reforma constitucional de 1994 expresó la preponderancia del modelo neoliberal. Hoy, que el modelo está radicalmente cambiando, es necesario pasar a un orden constitucional nuevo. Se habla mucho de la cuestión de la reelección, pero no veo que eso sea tan sustantivo aunque estoy a favor de una reelección indefinida. No tiene que ver sólo por las circunstancias de Argentina sino con las circunstancias latinoamericanas en términos más generales.

–¿Se refiere a los liderazgos que surgieron en estos años?

–En la V República de Francia la centralidad de la figura de De Gaulle fue fundamental para crear un nuevo orden institucional, y nadie pensó en aquel momento que eso significara poner en cuestión el orden democrático. Formas institucionales nuevas son importantes para crear un orden jurídico nuevo en América latina.

–Hubo un cacerolazo en la Plaza de Mayo y hay otro en preparación. El Gobierno lo interpretó como una manifestación de sectores acomodados, ¿cómo lo ve usted?

–Es más o menos así. Son fenómenos periféricos. La última oposición con un programa hegemónico alternativo que surgió fue con la protesta en torno del campo. Hoy es, como Marx decía, que la primera vez es tragedia y la segunda comedia. Esto representa las secuelas del pasado, no creo que sea el polo de crecimiento de ninguna oposición real.

–¿No cree que alguien de la oposición puede capitalizar ese sector o ese malhumor?

–¿Pero quién es la oposición? Esto es un desperdigamiento de fuerzas sin significación alguna. Obviamente, van a hacer esfuerzos para tratar de capitalizar estos movimientos, pero la posibilidad de que tengan éxito me parece sumamente utópica.

–¿Por qué opina que el FAP y fuerzas afines van a terminar conformando un frente antipopular?

–En algún momento tuve la esperanza de que (Hermes) Bi-nner y las fuerzas que se agruparon alrededor de él pudieran generar una oposición creíble. Pero para constituir una oposición creíble es necesario compartir elementos fundamentales de un modelo. Un sistema político es aceptable en la medida en que las bases de un modelo de crecimiento sean aceptadas tanto por la fuerza hegemónica dominante como por los grupos opositores. Mi ilusión era que las fuerzas nucleadas en torno de Binner podían representar esa alternativa opositora dentro del mismo modelo nacional y popular que se estaba implantando en el país. Siempre va a haber personajes como Elisa Carrió, que van a empezar a vociferar en los márgenes del sistema, pero eso no cuenta. Lo que cuenta es si las fuerzas responsables que están en el interior del sistema pueden crear una convivencia institucional entre grupos diferentes. Pero si esas fuerzas, y éste es un mensaje para Binner y quienes lo apoyan, no son capaces de integrarse a un modelo que una fuerza socialista no puede poner en cuestión y empiezan a aliarse en una especie de coalición semigolpista, en ese caso la democracia argentina va a avanzar en direcciones que no son las preferibles.

–¿Cómo ve la situación del movimiento obrero, que quedó dividido en varias centrales?

–Representa la mejor expresión de que el movimiento obrero ya no tiene la totalidad estructural que tuvo en el primer peronismo. Es decir, el movimiento obrero sigue los clivajes que se van produciendo en el país. No me gusta la perspectiva de una división del movimiento obrero, pero creo que en esta circunstancia era inevitable. El afianzamiento del movimiento nacional y popular va a depender de que una fracción mayoritaria del movimiento obrero, como creo que está ocurriendo, se alíe a otras fuerzas que impulsen el modelo del gobierno.

–El Gobierno se ha hecho fuerte en la confrontación con diversos poderes pero, sobre todo a partir del cacerolazo, hay quienes piensan que tal vez la sociedad ya se cansó de esa confrontación. ¿Qué piensa usted?

–Sin una cierta confrontación, ningún sistema político democrático es viable. Uno de los problemas mayores que muestra la democracia europea es que hay por un lado un consenso entre la socialdemocracia y el liberalismo que representa un statu quo invulnerable. Entonces la gente empieza a sentirse no representada por el sistema de alternativa que el gobierno expresa. Cuando eso ocurre, el sistema político funciona mal porque si en el momento de las elecciones la gente no se ve confrontada con alternativas reales, hay indiferencia. Las expresiones de protesta, entonces, vienen de afuera del sistema. Lo que se puede llegar a lograr en América latina es un sistema político democrático mejor integrado en el cual haya confrontaciones reales. Que la gente que vote, por ejemplo en Argentina, por el kirchnerismo o vote por la coalición opositora tenga claramente el sentido de aquello por lo cual está votando. Si esa confrontación se crea y hay parámetros democráticos para el desarrollo de la confrontación, estamos consolidando la democracia en América latina. Si hay una confrontación tan radical que cada una de las fuerzas pone en cuestión la legitimidad del sistema institucional, vamos al desastre. Por otro lado, si se diluyera el momento de confrontación y, como en Europa, la gente se encontrara sin alternativas opositoras, habría también una disminución en la calidad democrática. Lenin decía que la política es siempre caminar entre precipicios. Entre el “ultrainstitucionalismo” y la confrontación absolutamente destructiva, hay que encontrar un camino intermedio. Confío en que en los próximos años vamos a construir el escenario en que esa confrontación, dentro de un marco democrático, sea posible.

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Con la mano derecha en el espejo

Página 12
Sábado 13 de Octubre de 2012.-

EL PAIS › PANORAMA POLITICO


Postales caribeñas   Por Luis Bruschtein
Se esforzaron por resaltar los parecidos entre Chávez y Cristina, pero las elecciones en Venezuela demostraron que las oposiciones son más parecidas que los oficialismos. El chavismo y el kirchnerismo reconocen sus coincidencias, pero al mismo tiempo aceptan que encarnan procesos diferentes. El centroderecha argentino había sido muy casero hasta ahora, pero su encuentro con la oposición venezolana se producía al mismo tiempo que Mauricio Macri se encontraba con el jefe de gobierno español, el conservador Mariano Rajoy. Se generaron lazos fuertes, aunque a los venezolanos les interesa más referenciarse con Miami que con otras fuerzas latinoamericanas, algo que puede tentar también al centroderecha local.




La oposición argentina con su disciplinada escolta mediática desembarcó en Caracas para festejar la caída del tirano o denunciar un fraude escandaloso. “Hay que ver al gordo Lanata este domingo que va a transmitir en directo la caída de un dictador”, decían algunos tweets que promovían al programa emblema de la oposición. Buscaban magnificar cualquier rebote en Argentina de la ansiada derrota de Chávez para desgastar a la Rosada. No estaban preparados para que ocurriera exactamente lo contrario, que su presencia sirviera para certificar el liderazgo auténtico de su demonio preferido en una elección ejemplar por la masiva participación ciudadana, por el orden sin incidentes y por la absoluta transparencia.

El desconcierto de la delegación del centroderecha argentino y los medios que la acompañaron quedó en evidencia por sus metidas de pata, al romper la veda electoral para anunciar el triunfo del candidato que en realidad perdió, o hablar de la necesidad de que Chávez reconociera su derrota, cuando el que se estaba preparando para ocultar la suya con denuncias de un fraude inexistente era el centroderecha venezolano, o al provocar un conflicto con periodistas en el aeropuerto. Extrañamente, de los doce mil periodistas de todo el mundo que cubrieron los comicios, ellos fueron los únicos que tuvieron problemas. La prensa antichavista (expresada por los grandes medios locales) anduvo como Pancho por su casa y los grandes medios norteamericanos resaltaron, por el contrario, la libertad con la que pudieron trabajar, incluyendo conferencias de prensa brindadas por Chávez a las que no asistieron los pequeños conspiradores argentinos.

Mal que les pese, la presencia del centroderecha rioplatense no logró constatar ni denunciar ninguna dictadura y, al revés, no pudo menos que certificar el alto nivel participativo de la sociedad que se ha conformado en el proceso democrático bolivariano. En una dictadura no vota en forma voluntaria más del 80 por ciento del padrón. En Argentina, donde el voto es obligatorio, el presentismo más alto apenas llega al 70-75 por ciento. La aprobación de esas elecciones por parte de los observadores del centroderecha implica también que la actuación del Consejo Nacional Electoral resultó transparente, lo cual demostró que el gobierno venezolano respeta la independencia de poderes por lo menos en los mismos estándares que las democracias mundiales. Y la actividad de los medios, sobre todo las coberturas groseramente antichavistas y abiertamente favorables al candidato opositor Henrique Capriles de los grandes medios venezolanos, de la mayoría de las agencias internacionales y del grupito de representantes de los grandes medios argentinos, demostró también que la libertad de prensa está vigente.

Es chistoso que la oposición venezolana se cuide tanto de acusar de golpista a Chávez porque, no hace tanto, ella misma participó en un golpe frustrado contra el gobierno democrático bolivariano. Ese tema se suele mencionar al pasar como algo implícito entre demócratas que suelen respaldar golpes de Estado para defender a la democracia.

La base social del centroderecha argentino, movilizada en el conflicto por la 125 y en los cacerolazos porteños, mantiene una actitud destituyente, es decir, no discute con el Gobierno, sino que busca su caída. La oposición venezolana pasó por esa estación, con esa misma mezcla de furia y desprecio, hasta el golpismo descarado. Ahora tomó conciencia de que para sostener alguna expectativa de triunfo necesita sacarle votos al chavismo y su estadio actual es el de reconocer algunos resultados de la revolución y acatar la Constitución bolivariana. Capriles, que tiene más antecedentes de derecha, se presentó como un reformista en la campaña y prometió, sin que le creyeran demasiado, que iba a mantener a las misiones, que son los amplios programas sociales que impulsó el chavismo.

Sirve el paralelismo, porque si el centro derecha argentino quiere crecer, necesita morder el 55 por ciento de Cristina Fernández. A esa misma conclusión llegaron antes los venezolanos cuando diseñaron una línea de acción menos agresiva con el chavismo. Pero aquí, la estrategia de confrontación permanente acentuó los rasgos más derechistas de Mauricio Macri. En vez de acercarlo, ese discurso lo aleja de la principal cantera disponible y hace que cada vez sea más difícil agregarle algunos toques de mínimo reformismo a la imagen ultramontana del jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires.

Poco a poco, la fuerza de Macri, acompañada por exponentes de las derechas del radicalismo, el PJ y otras, va encontrando una identidad internacional. Pierde los beneficios de la anomia inicial y gana lo que puede con los reflejos de otros procesos. La crisis española opacó el brillo de Mariano Rajoy y la estrella ascendente de Capriles lo hubiera reemplazado. También fracasó, pero se consolida una red de identidades como las que construyeron en Sudamérica Kirchner, Lula, Chávez, Evo, Lugo, Correa y Mujica. Capriles, Rajoy y Macri, y en menor medida el ex presidente colombiano Uribe y el chileno Piñera, dan forma a la constelación derechista.

Para la derecha venezolana, Rajoy o Macri son estrellas menores. El faro está en Miami, en las usinas de la ultraderecha norteamericana y cubana, muy ligadas a la colectividad de venezolanos residentes que se autoasumen como exiliados de Chávez. La burguesía venezolana tiene allí su principal lugar de residencia y en segundo lugar su país. Hay una tendencia creciente de las derechas latinoamericanas por referenciarse con Miami, cuyos centros de pensamiento cuentan con un poderoso arsenal mediático con inserción en todos los países de América latina. Ese fue el lugar –si se quiere en una decisión visionaria– que les facilitó la CIA a las primeras oleadas de exiliados cubanos.

Si los latinos votan en masa a los demócratas, y en especial a Barack Obama, las colectividades cubano-venezolanas y demás, de Miami, optan siempre por los candidatos más derechistas y no se llevan bien con los otros latinos. Miami es La Meca de los latinoamericanos ricos. Allí vacacionan y allí se sienten parte del gran imperio. No son colectividades con tradición democrática. Con la excusa del anticomunismo, han impulsado y apoyado todos los golpes militares en América latina, incluyendo al más reciente de Honduras. E incluso varios de sus representantes forman parte del Grupo de Tareas de los fondos buitre que operan contra Argentina. Algunos aspectos de esa línea de pensamiento se expresan en la forma tan parcializada con que la CNN cubre los procesos políticos latinoamericanos populares. Y la CNN no es la vertiente más recalcitrante.

Para los países caribeños, la relación con Miami resulta lógica hasta por el clima. La globalización y el desarrollo de los medios acercaron el Caribe al sur, y la base social del centroderecha argentino ya generó un lazo de familiaridad cultural y vagamente ideológico sin que todavía se exprese claramente en el plano de la política. Un embrión de esa inclinación se produjo con el menemismo y después se cortó. Sería una forma de alinearse con los Estados Unidos y con sus grupos más derechistas, los mismos que diseñaron con ese objetivo a ese primer exilio cubano lleno de agentes de la dictadura de Batista.

viernes, 12 de octubre de 2012

A 3 AÑOS DE LA HISTORICA "LFSCA"

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ EN EL ACTO DE LA AUTORIDAD FEDERAL DE SERVICIOS DE COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL (AFSCA), EN EL MUSEO DEL BICENTENARIO, CASA ROSADA.

Gracias, muchas gracias, muy buenas tardes a todos y a todas; señores Gobernadores y Gobernadoras de las distintas provincias argentinas; queremos también darle la bienvenida al señor Jean-Luc Mélenchon, que fuera candidato a Presidente por la República de Francia, que hoy nos acompaña y ha querido estar presente en este acto, le damos la bienvenida: casi que después de las palabras de Martín Sabbatella no debería hablar, ha sido tan explícito, pero la verdad que es una fecha muy especial, hoy se cumplen tres años de la sanción y promulgación de esa Ley de Servicios de Medios Audiovisuales, auténtica creación de la sociedad, del pueblo de la Argentina. No fue un proyecto del Poder Ejecutivo, no fue un proyecto de ningún legislador, fue una construcción colectiva. Por eso tiene esa fuerza, por eso tiene esa inserción.


Recién Martín recorría muy rápidamente los números: 5.000 licencias tiene otorgado el Estado Argentino en radios, canales de televisión; 4.500 de esas licencias pertenecen a 2.500 titulares, personas físicas o jurídicas; las otras 500 están divididas en 250 en 25 grupos y las otras 250 en un solo grupo. La verdad que tenemos también muchas cosas para las cuales alegrarnos, las cosas que hemos logrado en estos 3 años y que han sido explicitadas por Martín, por el video: la generación de nuevas productoras, de nuevos contenidos, de nuevos emprendimientos, de nuevos puestos de trabajo, todo lo que va a ser y es conocido a diario por nuestra sociedad y que lo vamos difundir a través de estos dos videos. Él hablaba de un 7 de diciembre, de un 7D, que la Corte Suprema de Justicia de la Nación en un fallo ha marcado como el plazo para terminar con el proceso de adecuación que marca la ley y que increíblemente – tal vez usted no lo pueda entender Jean-Luc Mélenchon – pero le va a pasar lo mismo que a Chirac que no entendía que Astiz estaba en libertad. Tampoco se puede entender que una ley sancionada en el Parlamento Argentino, por amplía mayoría, pase tres años y todavía no se pueda cumplir, pero estás cosas pasan. (APLAUSOS). Pero junto a estás cosas han pasado muchas cosas importantes, como todo estos emprendimientos, estás 24 comunidades de pueblos originarios que han podido acceder a una señal, como las universidades, el orgullo que tiene esta argentina - como egresada de la Universidad Nacional de La Plata – LU11, la radio universitaria más antigua del mundo, señores: La Plata. Así que de acá un saludo para esa radio histórica. (APLAUSOS).

Y Martín hablaba del día 7 y que entonces al otro día el 8 tiene que cumplirse. El 8 no vas a poder Martín porque es el día de la Virgen, es sábado además – ya lo vi yo en el calendario – es el día de la Virgen. Ese día los que creemos en Dios – Moreno va a ir a Luján ese día, ¿no es cierto?- ese día va en peregrinación a Luján porque creemos en la Virgen, pero el día hábil siguiente por esas raras casualidades y esos destinos es el día 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos Universales. (APLAUSOS). Nada más y nada menos.

Como decíamos hemos visto en estos tres años medidas y medidas judiciales y jueces puestos a dedo. La última semana, los últimos quince días vimos como se intentaba frustrar que un organismo de la Constitución, creado por la reforma del año 94, como el Consejo de la Magistratura no pudiera designar los jueces surgido de un concurso que lleva ya más de 3 años y que fija como principio – algo que Jean-Luc Mélenchon va a entender muy bien – porque es el principio del juez natural, que hace al debido proceso. Cuando te ponen jueces especiales se rompen los principios básicos del Derecho Penal Occidental, que establecen que los jueces deben ser los jueces naturales, tanto en lo civil, como en lo penal, como en lo administrativo, como en todas partes.

Yo confío en las instituciones en mi país, tengo el deber como Presidenta de la Nación de hacerlo. Primero porque la inmensa mayoría está dentro de la ley y quiere vivir dentro de la ley. (APLAUSOS). Hay 2.500 titulares que están dentro de la ley y no solamente eso, sino que además podrían tener más licencias, y otros 25 grupos que han reconocido la autoridad del AFSCA, la autoridad del Poder Legislativo y en definitiva la autoridad del Poder Judicial de la Nación, que son los tres poderes básicos para vivir en una sociedad democrática. Porque esto – y esto lo quiero remarcar – que comenzó siendo un desafío si la sociedad argentina podía darse una nueva Ley de Medios, que asegurara la pluralidad, la diversidad, las distintas pinturas – a las que hacía lugar Martín, en un giro poético que me gustó mucho – las distintas pinturas se ha transformado, o lo han transformado precisamente los que se niegan a aceptar la vigencia de las instituciones en otra cosa, ya no es un desafío a ver si podemos hacer más plurales y más diversos, es un desafío a la democracia misma, si realmente puede haber algún sector, si realmente puede haber algún grupo económico, si realmente puede haber alguien que esté por encima de los tres poderes del Estado. Yo sinceramente creo que esto es un desafío muy grande, porque la construcción de la democracia, hoy, en el mundo contemporáneo tiene que ver con este reconocimiento de la democracia, pero tiene que ver también, se entronca no solamente con el reconocimiento de los tres poderes, sino también con la pluralidad de las voces.

Y si no miremos lo que está pasando, lo que ha pasado en los últimos días aquí en la región, cuando los medios no solamente porque esto no es un problema que aqueje únicamente a la República Argentina. Aqueja a la República Argentina en la medida en que no hay un cumplimiento de la ley, pero realmente la deformación, la distorsión, la no posibilidad de acceder a la verdad, a través de los medios de comunicación se da a lo largo y a lo ancho del planeta.

Si ustedes pudiera leer, hoy, un editorial, la editorial, del día de la fecha, del New York Times, donde hace mención precisamente a la distorsión y a la deformación… ustedes saben que va a haber elecciones dentro de unos días, como las hubo en Venezuela, hace unos días. (APLAUSOS). Va a haber elecciones en Estados Unidos, el martes 6 de noviembre y compiten, obviamente… no, no, no hay que silbar a nadie, van a elecciones y punto. Van a elecciones el partido republicano y el partido demócrata. En el día de la fecha el editorial del New York Times, uno de los diarios más importantes del mundo, tal vez el más importante de los Estados Unidos de Norteamérica… ustedes saben que en Estados Unidos quien es dueño de un diario no puede ser titular de ningún medio audiovisual, o sea quien es dueño del Washington Post, del New York Times no pueden… esta limitación en la Argentina no existe, quien es dueño de un diario puede ser también dueño de una radio y de una televisión; en Estados Unidos no.

The New York Times, en el día de la fecha, porque se puso en duda las cifras de desempleo, se han puesto en duda las cifras que elimina el Centro de Estadísticas y Censo Norteamericano, por parte de los republicanos, porque dicen que las cifras de desempleo no es la que anunciaron del 7.8, sino que es mucho más y que se ha hecho para impulsar la campaña de Obama. Y bueno, hay una campaña muy fuerte, a través también de los medios de comunicación.

The New York Times, hoy habla de “el mundo de las conspiraciones”, y dice: “vivir y darse manija – escuchen, no es mío lo de manija - “vivir y darse manija en ese mundo de teorías conspirativas significa rechazar cualquier forma de realidad objetiva”. ¿Le suena? “Cuando los números de desempleo dan bien están evidentemente ‘dibujados’ (encomillado del diario); cuando las encuestas ponen a Obama al frente son sesgadas; los certificados de nacimiento son falsificaciones; los programas de protección social son favores para partidarios; la reforma del sistema de salud es socialismo y la publicidad de las donaciones de campaña es anti-empresarial. Nadie esperaba que los republicanos celebraran una tendencia positiva para el país (…)”. ¿Se escucha lo que estoy leyendo, no? “Nadie esperaba que los republicanos celebraran una tendencia positiva para el país, pero casi de inmediato los presentadores en Fox News y los editores de los sitios web de la derecha vieron algo más siniestro: una conspiración, liderada por la campaña”. ¿Vieron una cosa curiosa? Utilizaron la palabra derecha, o sea en los Estados Unidos los medios saben que hay una derecha. Ustedes escucharon que algún medio de comunicación argentino hable de algún sector de la derecha; parece ser que todos están del centro para allá. (APLAUSOS). Estás son las cosas que yo admiro de esa democracia.

Y más adelante, “La acusación es absurda. La Oficina de Estadísticas Laborales, que junto con la Oficina del Censo realizan Encuestas de Hogares, está a cargo de funcionarios de carrera y es impermeable a la presión política y a la manipulación, como todo, salvo los hipnotizados en Washington entienden, pero esta vez, los teóricos de la conspiración fueron más allá de lo habitual. Jack Welch, ex CEO de General Electric, dijo que funcionarios de Obama en Chicago habían, obviamente, cambiado los números a pesar de que no tenían ningún tipo de evidencia”.

El artículo sigue, pero díganme si este artículo no podría ser de cualquiera de los diarios de nuestro país, no de todos, sino de algunos, sería injusta también mencionarlos a todos.

Esto para que veamos lo importante que son las pluralidades. Y miren que aquí en realidad, en Estados Unidos, realmente, hay ley antimonopólica de medios, pero realmente, cadenas como la Fox o como la CNN, también, en cierta medida, monopolizan la información.

Y también nos tocó vivir, como actores regionales hace unos días, la misma manipulación respecto de una elección que finalmente terminó convirtiéndose prácticamente de nacional en internacional y con un impacto regional que le dieron los propios que pensaban, debido a las mentiras que habían montado, que el presidente Chávez iba a perder las elecciones.

La verdad yo no había hablado del tema…Mañana ya les digo el título: “Reunión chavista”. Así que, se los adelanto.

Pero yo no había hablado de las elecciones porque no acostumbro a hablar de las elecciones de ningún país por una cuestión de no intromisión en los asuntos internos. Pero resulta que, la oposición o ciertos sectores de la oposición plantearon casi como que había elecciones, no solamente en Venezuela, sino también en la República Argentina.

Parece como que tuviéramos que tener elecciones todos los meses, o sea, desde octubre a acá deberíamos ir a elección todos los meses y realmente…bueno, fueron presas de su propia estrategia equivocada en ver todo como una catástrofe, en ver todo mal, en estar, como decía hoy Atilio Boron, en el octavo círculo del Dante que es el de los mentirosos contumaces.

Yo creo que la lección de democracia, de representación…Quiero agradecer también las palabras del presidente Chávez, no hacia esta Presidenta, sino a quien fuera mi compañero y el reconocimiento que hiciera a quien fuera presidente de todos los argentinos, mi compañero eterno de vida, en su labor en Mar del Plata, lo puso como al frente de la batalla en el ALCA y también su dedicación el día del triunfo.

Yo estaba mirando televisión y cuando vi en el Palacio de Miraflores a militares venezolanos en la terraza de la Casa de Gobierno agitando banderas venezolanas, banderas de su país, sentí un poco de envidia y me hizo acordar a aquel peronismo de los primeros años, del 46, donde pueblo y Fuerzas Armadas estaban absolutamente consustanciados con un proyecto de país. Me emocionó mucho ver a esos militares agitando las banderas de su país en la defensa de un proceso democrático, popular, nacional, diferente, porque cada uno de los gobiernos de la región, somos diferentes. Nos une a todos nosotros, sí, o por lo menos a la mayoría de nosotros, un punto en común: la movilidad social ascendente para nuestros pueblos, la inclusión social, las posibilidades de la educación, de la comida, de la vivienda, los derechos.

Por eso hay alegría. Jauretche decía siempre que las mayorías son siempre alegres, porque siempre las mayorías se constituyen, se conforman sobre la conquista y la ampliación de derechos. Quien conquista derechos, quien tiene más derechos, siempre está feliz. Y las minorías que pierden privilegio, solo tienen odio. Eso lo decía Arturo Jauretche.

Pero yo no quiero odio en mi país, porque, en realidad, este proyecto que llevamos a cabo desde el año 2003, no ha afectado los derechos, al contrario, este proyecto ha tenido la virtud de que los derechos que ha ampliado, que los derechos que otros han conquistado, no ha sido mermándole derechos a otros. Al contrario, esos otros tienen y están todavía aún mejor de lo que estaban en el año 2003.

Lo que pasa es que muchas veces los privilegios no consisten únicamente en conceptos económicos; consisten en conceptos culturales, en sentir a otros inferiores o diferentes para sentirse uno superior.

Por eso digo que yo aspiro a un país con mucho amor, aspiro a un país donde haya discusión, debate, pero que lo sean con argumentos, sin esas visiones catastróficas y apocalípticas que son imposibles de discutir. Cuando se niega todo, cuando nada se quiere ver, cuando se niegan todas las conquistas que hemos logrado, algunas incluso como la Asignación Universal por Hijo, que fueron proyectos de las minorías, adoptados en este caso por el Gobierno.

Claro, estos proyectos por ahí afectan sí algunos privilegios económicos. Yo no voy a olvidarme una reunión que tuve con gobernadores de la oposición hace ya dos o tres años atrás, y uno de los gobernadores, no los otros, uno solo que no es de nuestro partido, manifestó que en realidad la Asignación Universal por Hijo había traído el problema de que no se conseguía gente para trabajar porque no querían trabajar. Le dije: “No, mire, gobernador, lo que no se consigue es gente para explotar después de la Asignación Universal por Hijo, pero no para no trabajar”.

Como decíamos ayer junto a los compañeros de la Confederación General del Trabajo, que vinieron a visitarme, y les comentaba esta anécdota. En realidad, la Asignación Universal por Hijo, obviamente, no ha solucionado los problemas de todos los argentinos, sin lugar a dudas. Pero ha permitido completar en muchos hogares un ingreso que les permite llegar a fin de mes.

Pero además, ha permitido, y por ahí está el encono de algunos sectores, que ya no pueda poner una empleada en su casa a trabajar por 200 o 300 pesos únicamente, sino que tenga que pagar más. O conseguir alguien que recoja la fruta en trabajos golondrinas o cualquier otro tipo de trabajo estacional porque, obviamente, la gente al tener ese ingreso, exige un mejor ingreso para ir a trabajar.

Pero, por favor, quién puede creer que la Asignación Universal por Hijo va a quitar trabajadores. Al contrario, agrega mayor nivel de actividad económica a todos los sectores porque impacta directamente en el consumo y no es por nada, el increíble desarrollo que han tenido todas las cadenas de supermercados y de consumo electrodoméstico, etcétera, etcétera en este país.

Para terminar, y por qué es tan importante también esta Ley de Medios para permitir todas las voces y para evitar las distorsiones y para evitar los títulos mediáticos repetidos como disco rayado monocordemente, aquí tengo una vez más una cuestión que se ha venido dando con el tema –ya lo he repetido, creo, en otro oportunidad- del famoso cepo al dólar.

Señores: quiero decirles las últimas cifras de egresos netos de dólares en la República Argentina desde enero de este año hasta octubre. Hemos llegado a la cifra –y me quiero poner los anteojos para no equivocarme- de 80.017 millones de dólares que han egresado únicamente del mercado único libre de cambios para pago de importaciones. Tanto mito con respecto a las importaciones.

Bueno, quiero adelantarles que la Argentina ha tenido que pagar por importaciones, 48.588 millones de dólares. El 61 por ciento de esos 80 mil dólares. Pagos de deuda, sector privado, 10.505 millones de dólares; gobiernos locales, 553 millones de dólares; el resto…el total, por deuda, no del Estado, que ese es otro capítulo, 11.186 millones de dólares.

Turismo y viajes y pasajes: 5.537 millones de dólares y en buena hora que los argentinos puedan viajar. Otros pagos de servicios, 4.000; otros, 9.000, en total 80 mil. Y si le sumamos los dólares que ya no salen del mercado único de cambio, sino que salen directamente de las reservas, porque son los fondos del FONDEA para pagar la deuda que estamos pagando los argentinos y este Gobierno, provenientes de etapas pasadas y de otros gobiernos, llegamos a entre enero y septiembre del 2012, 6.357 millones de dólares entre títulos y organismos multilaterales.

En septiembre solamente, 543 millones, y en lo que va de octubre, ya llevamos pagados de deuda otros 246 millones de dólares.

¿De qué cepo cambiario o cepo del dólar están hablando?

En realidad acá lo único que hay es cepo democrático para el cumplimiento de la ley.

Queremos sinceramente dirigirnos y me dirijo como Presidenta de todos los argentinos, a todos aquellos que tienen responsabilidades institucionales en los tres Poderes del Estado: la ley debe cumplirse para todos, la ley debe ser igual para todos. No podemos vivir en una sociedad en que unos puedan cumplir la ley y otros violarla o lo que es peor aún, violentar los organismos de la Constitución para lograr designaciones o evitar designaciones que son las que establece la ley.

Pero tenemos que estar contentos igual, tenemos que tener alegría igual, porque hemos logrado muchísimas cosas y vamos a seguir logrando muchas otras.

Yo tengo gran confianza en la labor de Martín y de su equipo frente al AFSCA, gran confianza porque lo sé un hombre comprometido, no hace falta pertenecer a un mismo partido, tenemos también los argentinos que comprender la necesidad de ampliar nuestras bases de sustentación. Pero también la necesidad de saber que cuando el pueblo, que cuando el soberano, como le gusta decir a Hugo, decide, son ellos los que deciden quién va a tener la iniciativa política del país. Y esto no significa que las minorías no tengan derecho. Las minorías siempre…los 40 millones de argentinos tienen todos los derechos y garantías que les da la Constitución, pero en la segunda parte de la Constitución, se establece quiénes gobiernan, cómo gobiernan y cómo se hace. La Constitución hay que leerla completa, del primer artículo hasta el último.

Y además, saber que quién tiene la iniciativa política, tiene, no solamente el derecho, sino la obligación y el mandato de quiénes lo votaron de cumplir con las cosas por las cuales lo votaron.

Yo me pregunto y para terminar con esta cuestión: cuando el 6 de noviembre Estados Unidos elija presidente, si gana Obama, ¿qué va a decir? Voy a seguir las políticas del Partido Republicano. No, va a seguir sus políticas. Y si gana el señor Romney, del Partido Republicano, ¿qué va a seguir? Las políticas de su partido, no las de Obama, las está combatiendo a tambor batiente.

Entonces, por favor, no necesitamos consejos externos; necesitamos mucho consenso interno entre todos los argentinos para saber que tenemos un país y un pueblo soberano, una Constitución que respetar, una ley que es igual para todos. Porque solamente nos hará libres, solamente seremos verdaderamente libres todos y cada uno de los 40 millones de argentinos, si cada noche, cuando nos acostamos, luego de saludar a nuestros hijos, de darle un beso a nuestro compañero, al que le quede y tenga la suerte de tenerlo, apaga la luz y sabe que la ley es para todos y que al otro día todos van a tener las mismas obligaciones.

Yo quiero vivir en ese país, no en ningún otro, y es este, mi país, la República Argentina.

Muchas gracias y buenas tardes a todos. (APLAUSOS)

www.presidencia.gob.ar

domingo, 7 de octubre de 2012

"Hay una maniobra para bloquear la adecuación"

El flamante titular de la AFSCA habla del 7D y resalta la necesidad de que todos sean iguales ante la Ley de Medios.


Por: Viviana Mariño y Gustavo Montiel
De los objetos que trajo del Congreso, sólo le reservó lugar, hasta ahora, a un "mini" busto de Néstor Kirchner. Lo tiene cerca, sobre el escritorio, junto a varios diarios del día, algunos libros y pilones de papeles y expedientes. También cambió la disposición del escritorio de su flamante despacho: prefirió estar de espaldas al ventanal que desde el sexto piso da a la calle Suipacha y mirar de frente a la oficina contigua donde sus colaboradores todavía intentan poner algo de orden. Así, además, puede espiar los dos plasmas que permanecen encendidos sin pausa, con las pantallas partidas en cuatro ventanas a los canales de noticias. Todo indica que no habrá mucho tiempo ni dedicación para acomodarse al nuevo lugar de trabajo, pero a Martín Sabbatella, el flamante titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) no lo preocupa; confiesa que en las últimas horas se volvió a sentir como pez en el agua, que la función ejecutiva –entre 1999 y 2009 fue intendente de Morón– es lo suyo, definitivamente el lugar en el que se siente más cómodo haciendo política, y que el paso por el Congreso le hizo notar cuánto disfrutaba y ¿extrañaba? la gestión. Las advertencias de la presidenta sobre la "noble y dura" tarea que tiene por delante y el presagio de convertirse en socio del club de los "feos, sucios y malos" ya dieron sus primeros indicios. La disputa por la plena aplicación de la Ley de Medios, de cuya aprobación en el Congreso se cumplirán tres años el próximo miércoles, dibujó en las últimas horas una nueva y áspera pulseada en el mundo judicial. Dos convulsionados plenarios del Consejo de la Magistratura y la denuncia del gobierno sobre una maniobra "funcional" al Grupo Clarín para intervenir en la designación del magistrado que deberá fallar sobre la cláusula de la norma que obliga al multimedios a desinvertir –el ya archifamoso artículo 161– pusieron a la Casa Rosada, y también al nuevo responsable de la AFSCA, ante desafíos urgentes. "La ley es absolutamente constitucional, y no vemos motivo para que se plantee una cosa distinta y, por lo tanto, la aplicaremos. El 7 de diciembre todo el mundo tiene que tener el plan de adecuación presentado e iniciado. Lo que quede fuera del 7 de diciembre está fuera de la ley y con los plazos de adecuación vencidos", asegura en una entrevista con Tiempo Argentino.

Sabbatella sabe que el nudo gordiano de su gestión se juega en estos próximos meses, en el tiempo que resta hasta el 7 de diciembre, el 7D. Y por eso dedicó sus primeros días en el cargo para reunirse con varios de los muchos sectores y organizaciones que dieron cohesión política y social al amplio y transversal debate que significó la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Por su despacho, también comenzaron a desfilar los representantes de diferentes grupos de medios. "Vamos a hacer el mayor de los esfuerzos para que todo el mundo esté cumpliendo la ley. La aclaración sobre que hay que cumplir con la ley parece una obviedad. La ley se tiene que cumplir, es para todos igual y todo el mundo tiene que entrar en ese proceso de adecuación", insiste.

–Apenas horas después de su designación, quedó en primer plano una nueva disputa judicial a partir de la designación del juez Raúl Tettamanti al frente del juzgado que debe expedirse sobre el reclamo de inconstitucionalidad del Grupo Clarín.

–Nosotros lo que hacemos es aplicar la ley. Y estamos absolutamente convencidos de que la ley, en todos sus artículos, es absolutamente constitucional. Bajo ningún punto de vista esta ley plantea alguna contradicción con nuestra Constitución, ni atenta contra ningún derecho constitucional ni nada por el estilo. Es una ley votada en el Congreso Nacional, aprobada por amplia mayoría. Y estamos absolutamente convencidos de que la justicia va a definir eso. El 7 de diciembre todo el mundo tiene que tener el plan de adecuación presentado e iniciado. Lo que quede fuera del 7D está fuera de la ley y con los plazos de adecuación vencidos. Por lo tanto, la AFSCA, como autoridad de aplicación, tendrá que actuar en consecuencia para hacerla cumplir. Esta aclaración parece una obviedad, pero la ley es para todos igual y todo el mundo tiene que entrar en ese proceso de adecuación.

–El ministro de Justicia habló de una maniobra en el Consejo de la Magistratura para beneficiar al Grupo Clarín y anunció que el gobierno recusará a Tettamanti…

–El ministro Alak ya expresó la posición del gobierno y, por tanto, no tengo nada que agregar. Esa no es mi área específica, pero es evidente que se trata de una maniobra para bloquear la adecuación a la que obliga la ley; una ley que busca terminar con la concentración mediática que es, en verdad, lo que lesiona la libertad de expresión.

–En el caso de que haya un fallo a favor del Grupo Clarín, ¿el proceso de adecuación se demoraría?

–Nosotros estamos convencidos de que eso no va a suceder, porque la ley es absolutamente constitucional, y no vemos motivo para que se plantee una cosa distinta.

–¿Evalúa reforzar la campaña televisiva y gráfica sobre los antecedentes de la Ley de Medios y el significado del punto de inflexión que significa el 7D?

–Sí. A mí me parece necesario hacer una gran difusión sobre lo que significa la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, poder rendir cuenta desde la propia autoridad de aplicación de los pasos que vamos dando. Es importante entonces que el conjunto de la sociedad conozca los logros que tuvo la Argentina a partir de su sanción. Se ha hecho muchísimo durante estos tres años también, y me parece importante que la sociedad, que las distintas organizaciones populares, sean protagonistas, como lo fueron en su sanción, para trabajar en la plena vigencia y la aplicación integral. AFSCA va a realizar una campaña en todo el país y convocará a las distintas organizaciones populares para que participen en estos debates.

–Desde ciertos grupos mediáticos concentrados hay un intento de instalar en la opinión pública una serie de argumentos. Por ejemplo, que a partir del 7 de diciembre, parte de ellos tendrían un año más para adecuarse a la ley, una lectura diferente del fallo de la Corte del 22 de mayo…

–El fallo de la Corte es absolutamente claro, el 7 de diciembre es la fecha que todos los grupos tienen como máximo tope para el proceso de adecuación. La ley, que hace tres años que se sancionó, establecía un año como plazo máximo de adecuación. Y ya pasaron tres. Entonces, lo que establece la Corte es que el 7 de diciembre es la fecha tope. Por lo tanto, los planes de adecuación tienen que estar presentados antes y todos los grupos tienen que haber iniciado el proceso de adecuación antes de esa fecha. Después del 7 de diciembre, si no hiciste el plan de adecuación, estás incumpliendo con la ley votada por amplia mayoría en ambas cámaras, o sea que estás fuera de ella, no estás respetando a la justicia y sus decisiones, y por lo tanto no estás respetando la voluntad popular expresada por sus representantes. El 8 de diciembre, el que no inició el proceso de adecuación está incumpliendo la ley y tiene los plazos vencidos para adecuarse. Por lo tanto, la AFSCA tiene que actuar en consecuencia.

–Otro de los argumentos que esgrimen estos grupos mediáticos es justamente que este proceso de adecuación puede afectar las fuentes de trabajo en sus empresas. ¿Cuál es su reflexión al respecto?

–La aplicación integral de la ley no sólo garantiza las fuentes de trabajo actuales sino que amplía las posibilidades laborales. La diversidad también genera nuevas unidades productivas, amplía la matriz productiva vinculada a la comunicación audiovisual y garantiza entonces a las producciones locales, independientes, en las universidades, las provincias y las empresas, más opciones laborales. En eso estamos trabajando con los gremios con quienes nos reunimos y también con el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, con quien firmaremos un convenio de capacitación y formación para trabajadores de la comunicación audiovisual.

–Una de sus primeras acciones fue poner en marcha la Comisión Bicameral de Seguimiento de la Ley. ¿Observa vocación de las fuerzas opositoras para sumarse?

–Le pedimos a la oposición que designe a sus representantes. No lo ha hecho hasta ahora porque creo que ha sido parte del plan de quienes querían desacreditar a la AFSCA o no reconocer esta ley y su autoridad de aplicación. Por eso cuando se constituyó la Comisión Bicameral en 2009, el oficialismo nombra a sus representantes y la oposición no. Durante dos años tuvieron mayoría y no lo hicieron. Hay datos que desenmascaran la estrategia: que la oposición no quiere participar en las instancias que tiene la AFSCA. Por ejemplo, el jefe de gobierno de la Ciudad nunca envió su representante al Consejo Federal.

–¿Es el único distrito que está en falta?

–No, San Luis también, por ejemplo. Nada les impedía participar en las instancias que contempla la ley; fue una decisión de ellos no hacerlo. Porque en el caso de los representantes de los gobiernos, no hay dudas de que no hay nada ni nadie que se los impida, es simplemente una decisión de ellos.

–Desde diferentes sectores se suele objetar al gobierno por poner el eje de defensa de la ley únicamente en la disputa con el Grupo Clarín, como una herramienta que tiene como único objetivo esa pelea y desatiende otros aspectos de la normativa...

–La Ley de Medios tiene como eje democratizar la palabra y no está hecha para un grupo especial, ni dos ni tres. Está hecha para que la Argentina tenga mayor libertad de expresión, mayor diversidad y mayor pluralidad, y para que haya una comunicación y herramientas comunicacionales que permitan que nuestro pueblo en su conjunto pueda tomar la palabra. Ellos lo tomarán como quieran. Me parece que intentan construir un relato que es absolutamente falso para dar continuidad a ciertos privilegios que tienen algunos grupos. Las posiciones dominantes son justamente las que lesionan la libertad de expresión, pintando la Argentina de un color que no expresa la realidad multicolor de nuestro país. Es imposible pensar en lograr esos objetivos con el nivel de concentración mediática que existe. En este sentido, es fundamental que se cumplan los artículos 45 y 161. Por supuesto que la ley no es solamente esos dos artículos, pero es imposible imaginarse su cumplimiento si no se cumple también con esto.

–Desde la sanción de la ley quedaron expuestos otros obstáculos para llegar al objetivo de la plena aplicación: los fallidos concursos de canales de TV digital y las dificultades de ciertos sectores para el acceso. ¿Qué políticas planea articular en ese sentido?

–Haremos un repaso de los pasos dados y las cuestiones que habrá que corregir. La idea es avanzar con el conjunto de los puntos que establece la ley, y por supuesto con garantizar el lugar de las organizaciones populares sin fines de lucro, de los pueblos originarios, de las organizaciones comunitarias, de las cooperativas de la comunicación. Habrá que llamar a los concursos nuevamente con las condiciones que hagan falta justamente para que esto se logre y vamos a trabajar en ese sentido. Ampliar, diversificar, generar esas herramientas y caminos me parece que es fundamental. Además, esta ley lo que plantea y a lo que convoca también es a un gran debate cultural, de cambio de paradigmas, interpela ese pensamiento hegemónico que ha estado muchos años presente, rompe el molde.

–¿Se debe avanzar todavía con la articulación de un plan técnico para facilitar la adjudicación de licencias?

–Hay que construir un plan estratégico que tenga metas, objetivos de mediano, corto y largo plazo en relación a la comunicación. Son distintos los requisitos para cada uno de los sistemas; lo que está claro es que nadie puede tener más del 35% del mercado, en algunos casos entendiéndose este como el 35% de la población, y en otros casos entendiéndose como el 35% de los abonados. Hay que armar un plan estratégico que además tenga como objetivo un concepto federal, llegar al conjunto del país. Acá hay un trabajo muy intenso durante muchos años y nosotros no creemos que el mundo empieza cuando llegamos.

–Fuera de la discusión sobre el Grupo Clarín, este año hubo una operación, la venta del Grupo Hadad, que supone controversias con la ley. ¿En qué situación está ese proceso?

–Nosotros estamos estudiando expediente por expediente la situación de cada uno de los grupos. Cada uno va a tener que presentar su plan de adecuación y vamos a esperar que este grupo lo haga. La AFSCA discutirá si acepta o no acepta el plan de adecuación que presenta cada uno de manera voluntaria hasta el 7 de diciembre. La ley es pareja para todos y no habrá excepciones ni privilegios para nadie. Todo el mundo. Y además es el mandato de la presidenta. Todo el mundo, sin excepción ni privilegios para nadie. Es una única vara y una única regla que se aplica al conjunto de los licenciatarios. «

Licencia, identidad política y nuevo encuentro

–Usted está pidiendo licencia en el Congreso. Eso generó una disputa acerca del lugar que quedó vacante. ¿Por qué eligió pedir la licencia?

–Había dos opciones: presentar la renuncia o la licencia. Optamos por una, la licencia. Sé que ha generado discusión, y sobre todo, por las expectativas que podía tener alguien en relación a poder asumir, pero no está hecho en función de una persona, sino que optamos por la licencia.

–Definiéndose como kirchnerista, ¿con su designación en la AFSCA se cierra un círculo respecto de su posicionamiento como fuerza aliada pero con espíritu crítico en el Parlamento durante largo tiempo?

–En Nuevo Encuentro fuimos haciendo un proceso que nos acercó cada vez más, hasta sentirnos absolutamente parte. Creo que el momento que define la cercanía fue el proceso de las retenciones en 2008. El kirchnerismo rompió fronteras, construyó una nueva subjetividad política, social y cultural que interpela y convoca a muchos y muchas, y por lo tanto, se es kirchnerista desde muchos lados. Por eso, que soy kirchnerista es una obviedad, no es el descubrimiento de algunos diputados que les gusta hacer impugnaciones. Además, fui designado acá propuesto por el Poder Ejecutivo, por la presidenta. Por supuesto que para nosotros, siendo kirchneristas, es un orgullo ser parte del gobierno. Y sentimos a este como nuestro gobierno, estando o no en un cargo en él. Nuevo Encuentro es una de las fuerzas políticas que componen el universo kirchnerista y bajo la consigna Unidos y Organizados y el liderazgo de Cristina insistimos en que hay que trabajar para la continuidad y la profundización de este rumbo.

–Falta muy poco para el aniversario de la ley. ¿Están pensando en alguna actividad, alguna conmemoración?

–Seguramente alrededor del 10 de octubre habrá una cantidad de actividades relacionadas al cumplirse tres años de la ley, con la alegría de entender que se puede aplicar ahora integralmente al tener esta resolución de la Corte que pone al 7 de diciembre como fecha tope.

Fuente: Tiempo Argentino.