sábado, 22 de diciembre de 2012

PERSONAJE SINIESTRO





El país

Sábado, 22 de diciembre de 2012

OPINION

Por Oscar González *

Hace quince años, cuando regían las leyes de impunidad y los genocidas caminaban entre nosotros, el heraldo del establishment Mariano Grondona tuvo la idea de convocar a su programa televisivo al maestro socialista Alfredo Bravo, secuestrado durante la dictadura militar, y al comisario Miguel Etchecolatz, director de Investigaciones de la Policía Bonaerense en la misma época. Dándoles igual trato, los enfrentó como si cada uno de ellos fuera vocero de una doctrina sobre la cual se podía debatir democráticamente. Bravo, que concurrió sin saber que iba a tener tamaño interlocutor, denunció al aire que el policía había participado de la desaparición de muchos y que había sido su torturador. “Usted es un personaje siniestro”, le enrostró indignado. Por toda respuesta, Etchecolatz alegó que los desaparecidos no eran tantos como se decía, que Bravo nunca había sido torturado y, con simulado enojo y ademán arrogante, se levantó de su asiento y se dirigió amenazante contra quien había sido su víctima, como queriendo reeditar el perverso episodio del lejano 1977. El maestro no se quedó atrás y se irguió indignado para enfrentar la agresión. El conductor, con fingida prudencia, se interpuso entre ambos y dio por terminado el encuentro.

Lo ocurrido ese día en el set de un canal fue expresión cabal de la conducta de cada uno de los protagonistas de la historia. Nadie debió haberse sorprendido de lo sucedido. Nadie pudo haber dudado sobre quién decía la verdad y quién no.

El miércoles, por segunda vez, un tribunal de justicia condenó a prisión perpetua a Etchecolatz. No le fue difícil reconstruir su actividad durante la dictadura. Entre muchas otras pruebas, más de 300 testigos dieron fe de la condición de torturador y asesino del ex policía.

Alfredo Bravo falleció en la madrugada del 26 de mayo de 2003, apenas horas después de que Néstor Kirchner se pusiera al frente del gobierno que terminaría con la impunidad. Esa misma noche, el nuevo mandatario apareció en el Salón de los Pasos Perdidos de la Cámara de Diputados junto a su esposa, Cristina Fernández, para acompañar a la familia, a los amigos y a los compañeros del veterano legislador. Anteayer, una década después, aunque él no lo necesitara, la Justicia volvió a reivindicarlo. Fue cuando, en términos jurídicos, el tribunal le dijo a Etchecolatz lo mismo que el viejo socialista le había gritado en la cara y delante de las cámaras, “usted es un personaje siniestro”.

* Secretario de Relaciones Parlamentarias del gobierno nacional. Fue compañero de bancada de Alfredo Bravo.

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jueves, 20 de diciembre de 2012

¿Qué quieren conservar?

  



El país|Lunes, 17 de diciembre de 2012

Por Eduardo Aliverti

La intensidad informativa de la semana pasada –una de las más convulsionantes del año– no debe medirse como ardor en sí, sino por la generación de sensaciones y juicios muy contradictorios. Pero al cabo de eso, tal vez se descubra que hay un punto donde no rige contradicción alguna.
El fallo que absolvió a todos los acusados por el secuestro y desaparición de Marita Verón despertó una repugnancia espontánea, unánime, extendida a varios puntos del país como quizá no se vio nunca. Por si no hubiera bastado, la increíble (o todo lo contrario) sentencia de los jueces tucumanos quedó empalmada con la de Cámara que, en tiempo súbitamente relámpago y a contrapelo de lo indicado por la Corte, había concedido a El Grupo la extensión de uno de sus ardides. La indignación social, total o parcial, forjada por los dos fallos, tuvo el alimento de sus repercusiones políticas e institucionales. La Presidenta habló de la Justicia como un poder estatal que responde a sus intereses de clase. El titular de la Corte la retrucó, pero en simultáneo se vio obligado a desmentir que tenga aspiraciones presidenciales. Antes de eso, unas fracciones de ese universo judicial, sea corpo o no, se manifestaron contra supuestas presiones del Poder Ejecutivo en términos de dureza y pretensiones inéditas. De inmediato, otro segmento del mismo cosmos tribunalicio les salió al cruce con retórica de dureza parecida. Llegó el fallo del caso Verón y casi todos se pusieron de acuerdo en presentar un estremecimiento vomitivo, que en cierto aspecto parecía darle razón global a los señalamientos de Cristina. Y en eso estábamos cuando el viernes salió el dictamen de primera instancia que establece la plena constitucionalidad de la ley de medios. Los medios de El Grupo tardaron alrededor de una hora en dar a conocer la noticia con rango de “último momento”; y demoraron más todavía en exponer a sus voceros para afirmar que falta un largo trecho hasta que esto pueda considerarse sentencia definitiva. Entre una cosa y otra, mechados y favorecidos por la masacre en la escuela yanqui, anduvieron presentando cronistas que perseguían tormentas en auto; y a una china que escribe a dos manos, en dos idiomas a la vez. Fue una foto impactante en torno de que El Grupo no esperaba ni de cerca que el juez Alfonso fallara en estos días. Sí en su contra, pero no ya. Y si lo esperaban, no son precisamente un canto a la capacidad de reacción. Alguna gente del Gobierno y muchísima actividad en las redes sociales reaparecieron para decirle chau a Clarín. Es comprensible, después de tanto apriete y victorias corporativas coyunturales. Sin embargo, hacia el fondo de la cuestión (la de visión política abarcativa), vale advertir que no se trata de andar cambiando de opinión sobre el sistema integral de Justicia, según sea que un fallo gusta o no gusta. Dictamen de Cámara a favor de cautelar de Clarín, más fallo Verón, pensemos para acá. Veredicto Alfonso en contra de Clarín, cambiemos para allá. Eso es una simplificación sí contradictoria, emocional, arrebatada, que extravía lo que es el nodo principal: la Justicia acaba de sumarse, explícitamente, a la lista de poderes que también entran en revulsión. En crítica abierta. Se cae otra vaca sagrada, o al menos se le acaba la impunidad absoluta y las críticas parten también desde sus entrañas. La impresionante respuesta de jueces y funcionarios judiciales que recibió la Asociación de Magistrados es un testimonio inédito e inapelable de esa constatación.
Hay algo que, de buena leche, no podría discutir ni el antikirchnerista fanático más obcecado. Desde 2003 en adelante, prácticamente todas las áreas y sectores de la vida política, institucional, corporativa, son susceptibles de ser sometidos a controversia y enfrentamiento. En general, los choques tienen el impulso original del Gobierno. De ahí en más, sucede una de tres cosas: a) las colisiones adquieren vida propia porque partes variadas de la sociedad toman el envión como bandera, a favor o en contra; b) el oficialismo se mantiene como protagonista casi excluyente; c) una combinación de las dos anteriores. Siguiendo ese orden, la ley de medios fue promovida por el kirchnerismo; pero la alarma de Clarín&Cía por un lado, y por otro la multiplicación de foros de debate en todo el país a más de la toma de posición de profesionales, intelectuales y organizaciones sociales, hicieron que la energía tomara dimensión por las suyas y así continúa. El Gobierno lanzó la 125; la comunicó en forma horrorosa; no previó que debía partirles el frente a los involucrados; los potenció; se lo llevaron por delante y, en términos de fijación de agenda e imaginario y ocupación de la calle, las perdió, quedó solo, con el traste tocado por Cobos y la derrota electoral del 2009, hasta su inesperadísima recuperación de iniciativa. También fue el Gobierno quien impulsó la inmensa mayoría de las acciones y leyes que amparan los derechos de las minorías, como el matrimonio igualitario y la identidad de género; pero después siguió más bien acompañando, confiado en que como sucedió esas minorías movilizadas, y ocupando espacios comunicacionales, serían un poder de fuego suficiente para terminar de torcerles el brazo a los dinosaurios de toda especie (hoy, medido en cantidad de instrumentos faltantes respecto de resguardar derechos de esa naturaleza, si es por impacto masivo sólo restaría la despenalización del aborto aunque, antes que nada, ése es un problemón de acceso de clase, no de tribunales). Dicho esto, surgen dos opciones segura o probablemente irreconciliables que, en definitiva y con los agregados que se quieran, son las que se expresaron a través del 13S, el 8N, el 9D y las alternativas alfanuméricas pasadas y por venir.
Una opción es tomar nota de que este modelo, experimento, proyecto, intentona, circunstancia histórica, etapa refundacional del peronismo, ensayo de izquierdizarlo, remake del evitismo o como quiera llamárselo, pronto cumplirá diez años de lograr que estén con muchos pelos de punta la Iglesia Católica; terratenientes y socios forrescos que alguna vez anidaron en El Grito de Alcorta; oligopolios de prensa; fondos buitre; capitales imperiales; españoles que se nos cagaban de risa; comunicadores que con la rata estaban a sus anchas para vestirse de progres; consultores de grandes empresas que militan en la equivocación; eternos pronosticadores de fin de ciclo; caceroludos sacados porque no hay conferencias de prensa presidenciales, entre otros detalles de sumo interés; periodistas símiles de esos empleados fieles que terminan con una patada en el trasero y un reloj trucho de reconocimiento. A esa nómina de otrora incuestionados, se suma el Poder Judicial.
La otra opción es pensar que lo antedicho simboliza, precisamente, el modo en que este engendro llamado kirchnerismo dividió al pueblo hasta la exasperación. Justo a este pueblo, que siempre estuvo tan unido. Razonar que está afectada la división de poderes constitucionales; la distribución de la pauta publicitaria oficial; la moral pública porque Cristina se aloja en hoteles de lujo y no en pocilgas de mala muerte; la igualdad distributiva porque en NEA y NOA hay asentamientos de miseria africana que las meretrices periodísticas acaban de descubrir, pero guay de revelarlas en los territorios donde su patronal estimula sus candidatos al postCristina. Inferir que hay una cacería de periodistas opositores, a falta de dirigentes políticos opositores que al menos den un indicio, uno solo, de que son peligrosos, activos, avasallantes. Tuvieron su oportunidad tras la victoria gauchócrata y no supieron aprovecharla, ni en el Congreso ni en ningún lado. La hipótesis podría ser que no pudieron porque, sencillamente, carecen de creatividad y algunos elementos que se sitúan en el bajo vientre, digamos para exponer que son capaces de formular un capitalismo mejor que éste. Y la pulsión por la pulsión misma, el oponerse por oponerse, termina en la foto de “la piba” Bullrich contigua a Moyano, el otro día, por poner un ejemplo más de cómo se rifan convicciones que no fueron ni son tales. Paradigmas de los conventillos falsos. De la invalidez para interpretar por dónde pasa el tren de la historia. La Bullrich, como ministra de Trabajo del inolvidable gobierno de la Alianza, fue cabeza mediática para justificar el ajuste contra los haberes jubilatorios. Moyano, entonces emblema de uno de los peronismos de aparato que en los ’90 supo no confundir al enemigo, le saltó a la yugular y la escarneció, con razón, en cuanto foro le prestaran los medios que hoy vuelve a usar para pregonar la revolución del mínimo no imponible. Ahora, La Piba y Moyano se fotografían juntos, desprejuiciados, en imagen análoga a la del hijo de Alfonsín con Macri, la de Macri con Buzzi, la de Buzzi con el primer capanga que brote y así de corrido hasta, de veras, perder la capacidad de asombro o algo parecido.
Obviamente, el periodista se cuenta en el grupo de la primera opción. La de agendar que están nerviosos aquellos que son las antípodas de un modelo tan imperfecto como bien orientado. Eso da o daría la pauta de que, a tales conservadores furiosos, se corresponde acentuar que el contrincante está genéricamente acertado. Todo entró en revulsión, agregada ahora la Justicia. Y eso es producto de un trazado gubernamental que lo habilita.
Los conservadores deberían tener la valentía de decir qué es lo que quieren conservar.
No lo dicen porque se dan vergüenza ajena.

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jueves, 15 de noviembre de 2012

RECONOCIMIENTO AL HOGAR OBRERO

En el marco del VII Congreso de la Economía Solidaria, realizado en Tecnópolis el 7 y 8 de Noviembre de 2012, el Estado Nacional realizó un RECONOCIMIENTO HISTORICO a la labor de la Cooperativa EL HOGAR OBRERO fundada por el Dr. Juan B. Justo en 1905 a través del Presidente del INAES Dr. Patricio Griffin, realizando una interesante exposición, sobre las verdaderas causas de la crisis de la entidad en el marco del proceso neoliberal de los años 90, con la participación de la Presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner y varios de sus ministros en el Congreso Federal remarcando la importancia del sector de la Economía Social en el ámbito de la Economía Nacional. En las fotos Rubén Zeida, Antonio Cartañá y Patricio Griffin.






lunes, 12 de noviembre de 2012

ALEJADOS DE LA PROVOCACIÓN

Lunes 12 de Noviembre. Inauguración de la planta de Laminados Industriales en Villa Constitución, Santa Fe: Palabras de la Presidenta de la Nación


PALABRAS DE LA PRESIDENTA CRISTINA FERNANDEZ DE KIRCHNER EN VILLA CONSTITUCION, PROVINCIA DE SANTA FE.

Muy buenas tardes a todos y a todas. Señor gobernador de la Provincia de Santa Fe; señor intendente de Villa Constitución; trabajadores y trabajadoras, compañeros, compañeras, santafesinos y santafesinas: hoy es un día muy especial, hoy podríamos hablar de un día a plena industria en la provincia de Santa Fe, República Argentina. Pero hay cosas más emblemáticas todavía, a esta fábrica en la que hoy estamos de Laminados Beltrame, europeos, italianos, me decían recién cuando bajaba del helicóptero y veníamos en el auto hasta aquí que los bancos les daban mayor y mejor recomendación porque invertían aquí en América del Sur, que tiene más perspectivas, desgraciadamente por la crisis que está atravesando Europa, y que calificaban mejor cuando tenían inversiones aquí. Qué extraño que estas cosas no podamos verlas escritas en letras de molde o escucharlas en medios argentinos y me las tenga que venir a contar un empresario italiano. Pero bienvenido sea.

Y fue muy emblemático porque el helicóptero se depositó precisamente en esas planchas de laminado caliente, que es la segunda fábrica en América del Sur. Pero debemos conocer la historia. Con esas chapas que se fabrican aquí vamos a poder hacer la chapa naval –conocida como chapa naval- que es la punta de lanza, el insumo básico para la industria pesada del país. Lo decía recién su presidente: con esto se pueden construir barcazas, barcos, se pueden construir molinos de viento, se pueden construir puentes, esto no lo teníamos en la Argentina.


Pero quiero contar algo. Hubo un momento hace 20 años, casualmente en noviembre del año 92, cuando se privatizó Somisa, que tenía listo un tren de laminado similar al que hoy tiene aquí Beltrame. Sin embargo la empresa fue privatizada y quienes la adquirieron vendieron ese tren de laminado para la industria pesada a Brasil. Nada es casualidad en lo que ha pasado en el país.

Hoy estamos inaugurando este verdadero mojón en la industria pesada del país también con el apoyo del Banco de la Nación Argentina, que ha suministrado más del 50% de los fondos para esta primera etapa. Banco Nación que, bueno es decirlo, tiene ubicada a Santa Fe en el segundo lugar de préstamos de la línea 400 para pymes y ocupa un lugar central la provincia de Santa Fe, segunda luego de Buenos Aires en préstamos para la industria. También apoyando hoy aquí en Beltrame. Por eso recordaba el señor Sanmantino cuando nos encontramos en mi despacho con la entonces presidenta del Banco Nación, hoy presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont y Débora Giorgi. Mercedes fue la primera que me habló, como vieja desarrollista – si me escucha decirle vieja se va a enojar pero se lo digo con el buen sentido y el buen corazón- de que era necesario e imprescindible volver a construir chapa naval en la Argentina y hoy empezamos.

Por eso digo que es emblemático recordar, y recordar por ejemplo lo que decía el presidente de Randon cuando mencionaba que hace años, allá por los 60 y 70, Randon comenzó comprando en la Argentina porque en Brasil no se fabricaba lo que se fabricaba en la Argentina y hoy Randon es una de las principales empresas brasileras.

¿Por qué recuerdo estas cosas? Para que todos los argentinos tengamos memoria y recordemos que alguna vez fuimos el país más industrializado de la América latina, que tuvimos el PBI más importante, que llegamos a una participación casi del 50% del PBI entre trabajadores y empresarios; que desarrollamos la industria aeronáutica y automotriz, con capacitación, con recursos humanos, con el surgimiento de una poderosa clase media que permitió que los hijos de los trabajadores fueran a la universidad y pudieran llegar también a ser presidentes de la Nación.

Todo esto tuvo interrupciones lamentables, trágicas, tragedias para el pueblo argentino en pérdidas de vidas durante la dictadura pero también en pérdidas de puestos de trabajo y de saberes, de capacidades, de exilios. Ayer estaba leyendo en un libro de economía una cita de un gran filósofo argentino, Mario Bunge, al que quizás muchos de ustedes no conozcan; se fue del país en 1966 en “La noche de los bastones largos”, cuando a bastonazos sacaron de la Facultad de Ciencias Exactas a nuestros científicos, a nuestros intelectuales, a nuestros filósofos, porque para la derecha y los trogloditas los filósofos, los científicos, los que piensan son enemigos porque sirven para crear conciencia.

También es un símbolo que esté aquí hoy -y yo no lo sabía realmente, recién me enteré- por primera vez un presidente, en este caso una presidenta en Villa Constitución, símbolo de las luchas sindicales, sociales y contra la dictadura, comisiones internas enteras desaparecidas aquí en Villa Constitución.

Todo esto nos debe llevar a una reflexión, a que tenemos que ser muy inteligentes, muy sensatos y muy tranquilos frente a las provocaciones que algunos quieren hacer para retornar al régimen ultraconservador que arruinó la Argentina. No les vamos a hacer el juego, no nos vamos a dejar provocar.

También quiero hablarles a los trabajadores, a mis compañeros, a esos de casco, jóvenes como Vanessa que hace seis meses entró a trabajar y ya la nombraron efectiva como ingeniera. A los otros jóvenes que hace ocho o nueve años estaban por ejemplo en Purina, ese joven alto de 2 metros, también es una señal de cómo anda un país que aumente la producción de alimento para mascotas; cuando se puede dar de comer a las mascotas es porque también está comiendo el pueblo, no tengan ninguna duda, por eso también se duplica la capacidad de alimento para mascotas. A nadie se le ocurría hablar de aumentar la producción de alimento para mascotas en el 2001, cuando golpeaban las puertas de los bancos con los martillos para que les devolvieran sus ahorros. A nadie se le ocurría que podíamos tener una chapa de laminados navales por primera vez en la Argentina allá por los años 90, cuando el país se caía a pedazos pese a que crecía económicamente pero expulsaba millones de argentinos que se quedaban sin trabajo. O una jubilada como Norma Pla lloraba en la puerta del Congreso por tener una jubilación de 350 pesos,

Y quiero hablarles a mis compañeros trabajadores, porque también Paraná Metal es un ejemplo. Miren, formo parte de una generación que fue histórica pero que también cometió errores y equivocaciones, y hemos aprendido, los que hemos podido sobrevivir, de esas equivocaciones y de esos errores. Muchas veces a nosotros nos quieren correr de un lado o del otro, por derecha o por izquierda. Yo siempre digo a esos que parecen tan combativos ahora, que cuando uno se va demasiado al este, como decía un amigo mío como la Tierra es redonda cuando te corrés demasiado por el este aparecés por el otro lado, por el oeste. Hay que tener cuidado porque Paraná Metal, por ejemplo, es un ejemplo también de que muchas veces la propia ineficiencia u obsolescencia tecnológica, o los propios enfrentamientos sindicales, terminan perjudicando no a los dirigentes sino a los trabajadores. Los dirigentes sindicales nunca se quedan sin trabajo, los que se quedan sin trabajo son los trabajadores, siempre cuando hay una crisis.

Por eso me quiero dirigir hoy desde acá, desde Villa Constitución, a todos y cada uno de los trabajadores de mi país, a cada uno de los más de 5 ó 6 millones de argentinos que volvieron a tener un trabajo registrado, un trabajo digno. Quiero decirles que no hay que renunciar a los reclamos y hay que seguir adelante, pero hay que hacerlo con la sensatez de que vivimos en un mundo cada vez más complicado y que hoy, como en la crisis del 2009 o del 2008, la manutención de cada una de las fuentes de trabajo, cada día de trabajo mayor producción, mayor eficiencia, es la garantía de que vamos a seguir adelante en este modelo. Que no es un proyecto de un partido político, es el proyecto de un país policlasista, de un país que ha recuperado a sus trabajadores pero que recupera también a sus científicos, a sus investigadores del CONICET; que recupera a sus jubilados y que también, para aquellos que todavía no han llegado y aunque a algunos les moleste, crea la Asignación Universal por Hijo que permite dignificar los programas sociales sin que tengan que depender del dirigente político de turno.

Esta Argentina es la que quiero defender, esta Argentina que luego de muchos conflictos reabre Paraná Metal, esta Argentina que hoy inaugura la fábrica de laminados de chapa naval en Beltrame. Esta Argentina en que Randon está duplicando la capacidad de la fábrica, esta Argentina que crea alimentos con una multinacional importante como es Nestlé. Muchas veces también, fíjense lo que son las cosas de la economía, cuando nos hablan de que todo depende del estándar de los países, Nestlé, una de las principales sino tal vez la principal multinacional en materia de alimentos, no pertenece a un país donde viven millones de personas, es de origen suizo, todo depende de la calidad, de la eficiencia, de la inversión y la investigación que le pongamos a las cosas.

Aprendamos a mirar, no a que nos muestren. Miremos nosotros, entendamos nosotros, para que nunca más nadie nos engañe y nos lleve por caminos equivocados que luego usufructúan unos pocos. Porque si se me permite tengo aún presentes las palabras de dos mujeres argentinas, una me acuerdo que le dimos el premio de los derechos humanos cuando Néstor era Presidente, en el Salón Blanco de la Casa Rosada, Estela Carlotto. Recuerdo que Estela, la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, contaba que ella, directora de colegio, maestra, docente, clase media platense -la conozco porque yo también soy de La Plata- había ido en 1955 a la plaza por el derrocamiento de Perón, a festejar, no había entendido lo que pasaba en el país, y se tuvo que arrepentir porque después se llevaron a su hija. Y otra madre de Línea Fundadora, Tati Almeida, me contaba que ella también estuvo de acuerdo con el golpe del 24 marzo 1976 porque parecía que iba a pacificar el país. Estas cosas han pasado compañeros y amigos, estas cosas confunden a la gente, los que no se confunden son los que manipulan y mienten, los que ocultan las verdaderas motivaciones, pero hay muchísimos sectores de nuestra sociedad que carecen de la información y hasta diría de la formación, pese a que creen saber todo entienden muy poco. Formación no es ser instruido, formación es poder interpretar, es poder decodificar, es poder saber qué es lo que pasa y saber que precisamente los que siempre estuvieron en contra de los derechos de los trabajadores, son los que necesitaban que en el país hubiera mucha desocupación porque cuando hay desocupación hay salarios a la baja y nadie celebra una convención colectiva de trabajo.

Deberíamos entender que también importa que los chicos no vayan al colegio porque de ese modo hay mano de obra hasta infantil en muchas actividades en el norte argentino, o golondrina, como hemos visto también en reiteradas oportunidades.

Por eso este proyecto político que genera trabajadores, que genera científicos e investigadores, que distribuye netbooks en los colegios para que nuestros chicos en las escuelas públicas no tengan la brecha digital y puedan tener las mismas capacidades y oportunidades que tienen otros pibes a los que los padres les pueden comprar una computadora.

Este proyecto que ha generado millones de personas de la tercera edad incorporadas al beneficio previsional con movilidad jubilatoria dos meses al año. Recuerdo, y vos también Agustín te debés acordar, cuando discutimos en la Cámara de Diputados aquel famoso índice por el cual íbamos a ajustar, hasta algunos compañeros de muy buena fe -se lo recordaba el otro día a un gran compañero como es Héctor Recalde- se oponían porque decían que ese índice iba a perjudicar a los trabajadores. Sin embargo han tenido los aumentos más grandes merced a ese índice porque estaba basado precisamente en la generación de trabajo y la capacidad de recaudación del Estado, entre otras cosas.

Por eso digo que muchas veces no es que haya mala fe, es mucho peor, porque si hay mala fe uno no se preocupa, piensa de esa manera pero dice otra cosa, muchas veces no entienden ni los propios procesos políticos e históricos que originan las consecuencias y piensan que todo es esfuerzo personal e individual. Me acuerdo en esta maravillosa provincia de inmigrantes, porque mis abuelos también lo eran, de esta cosa dual de nuestros abuelos los inmigrantes, por un lado eso que traían de la Europa de dos guerras, del sacrificio, del trabajo, del esfuerzo y que vinieron aquí a la Argentina para hacerse la América. Y por el otro lado un cierto grado de individualismo que no les permitía comprender que su progreso, que su situación social y económica además del esfuerzo personal era producto de un proyecto político de país, porque si todo dependiera, si nuestro bienestar personal y económico dependiera únicamente del esfuerzo y de lo que uno trabaja, bastaría entonces con esforzarse y trabajar para progresar, para estudiar, para tener casa, para tener auto y viajar. Y ya hemos visto que eso no es así, yo puedo tener muchas ganas de trabajar, es más, puedo trabajar las 24 horas del día o las 16 horas del día y seguramente hasta ser explotado, pero si no hay un proyecto de país que garantice la redistribución social del ingreso, la movilidad social ascendente, la generación de valor agregado, la ciencia y la tecnología, la investigación, la inversión, el desarrollo, no hay posibilidades de progresos individuales.

Por eso hablaba desde lo colectivo, y por eso vamos a seguir convocando, una y mil veces, desde aquí, desde Villa Constitución, desde Santa Fe y desde cada uno de los lugares de la República a la responsabilidad social, al amor por la Patria, al compromiso colectivo pero esencialmente a la idea, ya comprobada, de que los argentinos debemos avanzar todos juntos, que no es posible que solamente un sector se beneficie mientras el resto se hunde, porque eso es pan para hoy y hambre para mañana. Ya lo vimos en la década de los 90 y somos nosotros hoy los que venimos a hacernos cargo de la fiesta de los 90, del endeudamiento.

Cuando hoy – y para finalizar - escuchaba a nuestro Canciller hablar de todas las gestiones que estamos haciendo para lograr precisamente que la Fragata Libertad, que los fondos buitres, que no quisieron ingresar en la reestructuración de deuda del 2005, ni del 2010; es mentira, como dicen algunos lenguaraces economistas pagados por los propios bancos, inversores y consultoras, que son inversores. Dos oportunidades tuvieron para ingresar en la deuda: 2005 y 2010, como lo hizo el 93% de los que tenían tenencias o acreencias contra el Estado argentino. Ese fondo que nos embargó la Fragata Libertad - y que algunos parece que se pusieran contentos en la República Argentina- compró papeles de la deuda del 94, porque no son deuda de este gobierno, por cinco pesos y se negó a ingresar en cualquiera de las dos reestructuraciones de deuda. Y yo quiero leerles, para finalizar y para entender este país, que cuando las ideas, los proyectos y la interpretación que uno hace del mundo y de lo que pasa es correcta, resiste el paso del tiempo. Quiero leerles - para finalizar - el discurso que con motivo de la Asamblea Legislativa del año 2004, el 1º de marzo 2004, ya hace más de ocho años, Néstor Kirchner hablaba al Congreso de la Nación y decía: “a los llamados fondos buitres, que junto a los intereses financieros más recalcitrantes e insaciables intentan lucrar con la difícil situación ejecutando acciones mediática y espectaculares”. Fíjense: “ejecutando acciones mediática de espectaculares”, parece ser que fuera un discurso del día de ayer, “pero destinadas al fracaso para lograr sus fines, les cabrá entender la firmeza de las posturas nacionales. Queda claro que no existe margen para recurrir a ajustes, ni al incremento del endeudamiento, esto es claro tienen que entender que no puede haber más endeudamiento. Por eso también cuidamos las divisas que necesitamos para las importaciones, para el turismo, para pagar la deuda de los privados y también para pagar la deuda, que otros contrajeron en los años 90 y también durante la dictadura en adelante. No pagaremos deudas a costa del hambre y la exclusión de millones de argentinos generando más pobreza y aumento de la conflictividad social para que el país pueda y vuelva explotar. Sería bueno que recordaran cuánto daban por sus acreencias en el 2001 cuando gobierno, instituciones, políticos, el país, todo se caía, porque se caía todo en el 2001”.

Yo era legisladora - nadie me lo contó - estaba sentada en mi banca, el 19 y el 20 diciembre, cuando la represión se llevó más de 30 argentinos. “Este Gobierno - decía Néstor, el 1 marzo 2004, reitero - con racionalidad y toda la prudencia del caso seguirá principios firmes de negociación con tenedores de deuda soberana intentando salir del default sin poner en riesgo el crecimiento que las cuentas nacionales y todos los indicadores evidencian. No pagaremos a costa de que cada vez más argentinos vean postergado su acceso a la educación, la salud, la vivienda, el empleo decente. Creciendo – decía, en el 2004 - nuestra economía mejorará nuestra capacidad de pago. Como dijéramos aquí no somos el proyecto del default – recordaba - no fuimos nosotros los que dictamos el default; sabemos que nuestra deuda es un problema central, pero no pagaremos de cualquier modo. No se trata de ideologías, no se trata de capricho, de temeridad, verborragia, inflexibilidad o cómo quieran llamarlo, se trata de una fría y racional lectura de los números y de la economía; se trata de asumir con realismo lo que la situación indica. Lo irracional, lo que parece fruto de la más embriagada fantasía es el tamaño de nuestra deuda - decía allá, en el 2004 - 160% del PBI. Lo irresponsable y ausente de buena fe puede contraerla. Tenemos la certeza de que recibiremos una y mil presiones, sabemos que nos pondrán obstáculos, que deberemos superar, pero sabemos el inmenso apoyo que nuestra defensa de los intereses nacionales tiene en la gran mayoría de nuestro pueblo; no vamos a aflojar”, eso decía Néstor Kirchner, el primero de marzo del 2004 y eso dice esta Presidenta, ocho años más tarde.

Este discurso, que si yo lo hubiera dicho ayer hubiera sido exacto para determinadas situaciones, revela la coherencia y la consistencia de un planteo. Pero no es solamente la defensa de los intereses nacionales, no es solamente lo épico, que no es lo épico, sino lo correcto y lo que debe ser, es también esta postura de sostener que no íbamos a pagar con el hambre del pueblo, que nos dejaran crecer para poder pagar, como realmente lo estamos haciendo, puntualmente desde el año 2005 a la fecha, esta postura de crecimiento es lo que ha permitido que hoy, aquí, en Villa Constitución, el Banco Nación haya podido financiar la apertura de esta fábrica, es lo que ha permitido que el país ponga también el proyecto del Bicentenario; Randon también obtuvo financiamiento por parte del Bicentenario para poder ampliar; es posible abrir, hoy, Paraná Metal, es posible, hoy, que Nestlé esté extendiendo su línea de producción para mascotas.

Si él no hubiera tenido esta postura, si él se hubiera inclinado - como querían – si él hubiera cedido - y eso que tenía apenas el 22% de los votos - nada de esto existiría: no habría clase media, no habría trabajadores, no habría universidades, no habría “Plan Sumar”, no habría “Plan Conectar Igualdad”, no habría nuevas universidades, no habría becas… nada de eso habría. Es bueno tener memoria, no para refregarle nada a nadie, sino para no volvernos a equivocar más, argentinos. Hemos actuado con demasiada ingenuidad las grandes mayorías, aún los que no comulgan con nuestras ideas, aún los que tenemos diferencias, pero que si piensan un poco, razonan y recuerdan verán con claridad que el único camino posible es la defensa irrestricta de los intereses de la Nación y del pueblo, o del pueblo y la Nación, que después de todo son una misma y única cosa.

Gracias Santa Fe, gracias Villa Constitución, gracias Argentina y vamos a seguir trabajando como siempre lo hicimos con el compromiso por los que ya no están, por los que están y por lo que vendrán. Muchas gracias a todos. (Aplausos).

lunes, 15 de octubre de 2012

“La reforma del Banco Central que hicieron ustedes es lo que pedimos nosotros”

EL PAIS › REPORTAJE A JEAN-LUC MELENCHON, DIRIGENTE DE LA IZQUIERDA FRANCESA

Aportó sus votos para la derrota de Sarkozy y reivindica los procesos mayoritarios en Sudamérica, Chávez incluido. Dice que su función es provocar la discusión con humor, reivindica la ley de medios y la estatización de las jubilaciones, y apunta que un atraso de las revoluciones ciudadanas es no consagrar el derecho al aborto.
Por Martín Granovsky


Pide disculpas por su apasionamiento y habla un español que le alcanza para expresar también los matices y las propuestas. De visita en Buenos Aires, Jean-Luc Mélenchon, de 61 años, el candidato de la izquierda francesa que sacó cuatro millones en la primera vuelta de las últimas presidenciales y llamó a votar por el socialista François Hollande en la segunda, dialogó con Página/12 sobre qué aprendió en Sudamérica y cómo piensa que saldrá Europa de la crisis.

–Usted suele hablar de revolución democrática y da como ejemplo América latina. ¿En qué sentido lo dice?

–Lo decía. Dejé de usarlo porque no me parecía claro y podía dar lugar a malentendidos sobre revoluciones que no fueran democráticas. Ahora prefiero hablar de revolución ciudadana.

–¿Qué es esa revolución?



–Nunca la humanidad fue tan numerosa. Nunca estuvimos tan juntos: hoy la mayoría de la población mundial está en las ciudades. Nunca hemos estado tan conectados unos a otros. La vida humana es diferente de cuando había pequeños grupos campesinos o un archipiélago obrero en un ambiente de campos vacíos. Hoy la gente que vive en la ciudad está más unificada en el modo de vivir y también en su comportamiento. Todo eso marca el fondo antropológico de lo que llamamos la revolución ciudadana. Un hecho nuevo es la toma de conciencia sobre que hay un único ecosistema compatible con la vida humana. Hay un interés general. Somos semejantes. El negro no es inferior al blanco, la mujer no es inferior al hombre... Hay una fenomenología en la que la Argentina tiene un papel particular.

–¿La Argentina?

–Recuerde. Primero la gente se retira de los partidos y a veces de los sindicatos, o no va a votar.

–Argentina 2000 o 2001.

–Segundo momento: la política neoliberal parcializa y fragmenta, y parece que no hay poder distinto ni alternativo. El que quiere otra cosa es visto como irresponsable o loco. Si hay más pobres en la calle o hay obreros sin empleo no importa. ¿Acaso, dicen los neoliberales, la sociedad no está acostumbrada a que esa gente sufra? Pero está el que se casó correctamente, fue a la escuela, compró la casita correspondiente y el auto que convenía. El que hizo todo bien. Un día descubre un corralito. O que su patrimonio se evaporó. No está preparado para la lucha. Pero incluso sin esa preparación la respuesta es dura: “Que se vayan todos”. En Venezuela el detalle fue el boleto de colectivo.

–Habla del Caracazo de 1989.

–Sí. En Bolivia, en 2005, el precio del agua. En fin, en cada país hay un hecho en apariencia débil e insignificante... En Túnez un hombre que vendía frutas se peleó con la policía. Lo que surge en estos casos no tiene programa político ni ideología. La gente solo reclama arreglar problemas concretos. Ahora, son problemas concretos y fundamentales. ¿Cómo puede ser que no haya escuelas, que no haya agua? ¿Por qué en mi país ahora los trenes circulan menos o uno escucha que los aviones no salen porque está por llegar el invierno? ¿No hacía frío antes? Esa combinación de detalles hace que muchos lleguen a una conclusión: este sistema no funciona porque no cumple con el requisito de permitir la vida en común. Hay temas más graves, claro. Los hospitales. En Francia decae la organización sanitaria. Hoy día no se puede dar a luz a menos de dos horas de casa. No hay lugar. No pasaba antes. O sea: la gente rechaza la política pero hace política como nunca antes. Quiere reorganizar todo.

–Es que preocuparse por problemas concretos y por buscar soluciones es hacer política.

–¡Claro! Mi programa habla de radicalidad concreta. La revolución empieza en los hechos cotidianos. Yo tomo agua y usted no tiene para pagársela. Puedo explicar cualquier cosa, pero el agua no está disponible. La cultura lo percibe. Percibimos la realidad económica a través de valores, de hechos culturales, de la reconstrucción del ser y no sólo la adhesión a un programa determinado. Estamos en que la gente rechaza la política y hace política como nunca. Es el momento ciudadano, porque cada uno no solo expresa lo que es bueno para sí mismo, como en el momento de votar democráticamente. Decir qué es bueno para todos es el momento de la república y la ciudadanía. Mire, yo tengo formación materialista histórica, busco categorías nuevas. Existen las clases liberadoras, como hablaba el marxismo de la clase obrera, pero el actor nuevo es el ciudadano humano. El actor es el pueblo. La luz es una onda y una materia al mismo tiempo. La clase obrera es pueblo y el pueblo, la sociedad, incluye ineludiblemente a la clase obrera. También es la realidad.

–Llevémoslo a Sudamérica.

–Es que lo que yo cuento no se inventó en Francia. Surgió en Sudamérica. Después de la caída del supuesto campo socialista nos quedamos como perdidos. Incluso los no comunistas. ¿Nos habríamos equivocado totalmente?

–¿Cuál es su respuesta?

–Que no. Y nos lo enseñó América del Sur. Cuando unos anunciaban el fin de la historia, otros inventaron la teoría del choque de civilizaciones. Hablo de los gringos.

–Samuel Huntington.

–Sí. Un punto central, porque esa teoría es la que organiza el pensamiento de las cancillerías europeas y del Departamento de Estado. Ambas decían que, terminado el perverso comunismo, sólo quedaba un sistema basado en el impulso del egoísmo social.

–América del Sur, con diferencias de camino en sus países, está construyendo un Estado de bienestar. Europa parece estar destruyendo el Estado de bienestar. ¿Aquél fue un momento de ciudadanía?

–Un gran momento. De ciudadanía y de civilización. Hoy estamos yendo para atrás en Europa. En Francia, donde había antes una cultura política y geopolítica muy grande, con interés por América del Sur, por lazos culturales y por abuelos comunes, hoy ya casi no hay nada.

–¿Por qué esa involución?

–Por la demonización de las revoluciones ciudadanas de América del Sur. Para que se callen los pueblos de Europa hay que convencerlos de que nada bueno puede suceder en otros sitios del mundo. Chávez es un diablo. Kirchner también. Poco menos que cubanos disimulados. Entonces la ignorancia es total sobre los programas y las realidades. Los franceses no sabemos qué ocurre con las modernizaciones que suceden en la Argentina.

–Se suma, sobre Brasil, una demonización al revés. Para desacreditar a Lula, la derecha europea lo presentaba elogiosamente como el conservador que sin duda no es.

–Efectivamente. Lula fue santificado por esos sectores europeos cuando vieron que Chávez seguía creciendo. Inventaron la imagen de una izquierda tranquila que no hacía nada raro. Pero todo se terminó en un día. Los diarios de derecha de Venezuela, por ejemplo, aunque debería decir simplemente los diarios, porque todos los diarios venezolanos son de derecha, reflejaban que Henrique Capriles decía que era lulista. Capriles mismo lo explicaba. Pero un día apareció el video de Lula llamando a la victoria de Chávez. Entonces al día siguiente y sin ninguna vergüenza explicaron que Lula era un sinvergüenza y un alcohólico. No les importa la verdad. Les importa la propaganda. Por eso no les interesa qué pasa en la Argentina salvo que cometa un terrible aracaísmo, dicen, como nacionalizar el petróleo. Creo que el control estatal del petróleo fue una de las pocas veces en los últimos cinco años por las que salió una noticia argentina en la prensa francesa. Otra, tal vez, la solidaridad con los pobres y miserables campesinos del 2008 que no querían pagar derechos para exportar su soja... Nada sobre matrimonio igualitario, nada sobre la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, que ustedes hicieron y es lo que pedimos nosotros para el Banco Central Europeo, nada sobre el veneno que significa la jubilación por capitalización privada y cómo la Argentina terminó con eso. Ustedes no saben hasta qué punto esas cosas que hicieron son adelantos en el mundo de hoy.

–Cuando se discutió la ley de matrimonio igualitario, un arzobispo llegó a convocar a una guerra de Dios. Usted suele hablar del laicismo como un valor importante.

–El laicismo es fundamental para el hecho republicano. Por supuesto que no tiene nada que ver con rechazar la fe del que cree, injuriarlo o perseguirlo. Eso es repudiable. Se trata, más bien, de la separación estricta entre el hecho religioso y el hecho político. Esa separación debe ser institucional. Si la separación existe, no hay problema con las creencias de cada uno. La creencia de otro hasta puede ayudarme a interpretar cuál es el interés general. Pero no puedo decir, en términos religiosos, en tanto Estado, que hay que seguir tal o cual política solo porque dogmáticamente el mercado lo exige. No hay verdades indiscutibles. La verdad de la fe está en la esfera privada.

–No debe haber una religión de Estado.

–No.

–Ni una filosofía de Estado.

–No, señor.

–Ni una ideología de Estado.

–No. Nada de eso. Tampoco. El laicismo tiene una raíz filosófica. Considera que todos los seres humanos son semejantes e iguales por naturaleza. Que somos, además, seres de conciencia. Tu ser biológico no está primero. Tú eres el padre del niño que tú amas. La única verdad en tu paternidad es tu amor, no tu sangre. Por eso quiero abordar un tema: el derecho al aborto. Es una cuestión central de la definición sobre el ser humano. Una aptitud biológica no puede ser un destino. La altura no determina si alguien será arquitecto o biólogo. El sexo tampoco. Y si usted no quiere tener un niño, no es un niño. Es un feto. ¿Quién es dueño de su cuerpo? Cada uno. La mujer también. No estoy por el aborto. Estoy por el derecho al aborto. Si la Iglesia quiere actuar sobre la fe de cada uno, que lo haga libremente. Pero lo aceptará quien quiera y lo interpretará cada uno a su manera. Nada quita el derecho. Para mí, el atraso sobre el derecho al aborto es el costado más negativo de las revoluciones ciudadanas en América del Sur. Y no es cualquier tema, porque se relaciona con la concepción que tenemos del ser humano.

–Para peor, cuando el Parlamento uruguayo promulgó el derecho al aborto, Tabaré Vázquez lo vetó.

–Una vergüenza. La gente no eligió a un hombre de izquierda para hacer algo distinto de una política de izquierda. Y no hay política de izquierda sin el reconocimiento del derecho de cada persona humana a su autonomía y a su desarrollo personal. Con esto no se puede tener miramientos.

–Una discusión de la izquierda clásica es qué tipo de crisis vive cada vez el capitalismo. ¿Una crisis terminal? Le pregunto a un hombre de izquierda qué crisis es.

–Una crisis muy clásica. Solo, señores y señoras, un conflicto por la distribución de la riqueza. Mi país es más rico que nunca. Pero la riqueza sigue pasando cada vez más del trabajo al capital. Hace unos 25 años, en mi patria no gobernaba el comunismo de Estado, ¿eh? Ese dinero que pasa, ¿dónde está? Fue a la esfera financiera, que vive su vida aparte y cada tanto, cuando sobreviene una crisis fuerte, convierte una porción de la riqueza en humo. El Banco Central Europeo, para colmo, no quiere prestar ni un euro a ningún banco central de los Estados. Pero prestó millones y millones de euros a los bancos para que se refinancien. Los bancos tomaron dinero barato y luego pusieron ese dinero otra vez a tasas altas. Encima hicieron otro negocio más en medio de la crisis. Parece humor negro. Una locura. Creen que hay una única manera de manejar la sociedad y la economía. Y en los hechos vemos el parasitismo social de unos que viven cada vez mejor y muchos que viven cada vez peor. América latina idealizó la Unión Europea pero, ¿dónde están las instancias democráticas del Mercosur? La integración económica no lleva automáticamente a una integración ciudadana. Al contrario. El capital acepta la integración a condición de que haya la menor regulación posible. Ahora, en Europa, antes de examinarlo en el Parlamento, hay que presentar el proyecto de presupuesto en la Comisión Europea para que apruebe el nivel de déficit. Si no, la propia Comisión lo corta. Y si uno vota en contra será castigado. La verdad es que los franceses no lo deben haber entendido bien.

–¿No?

–No, claro que no. Cuando lo comprendan se darán cuenta de algo. Hicimos una revolución contra el rey en la que el tema inicial fue quién decide sobre los impuestos y sobre el presupuesto.

–Usted habla de la Revolución Francesa de 1789.

–Sí. Y hoy surge otro rey, con derecho de veto contra todo lo que quieren los pueblos. Es la Comisión Europea.

–Fue candidato en primera vuelta de las presidenciales y en la segunda llamó a votar por el socialista François Hollande.

–Para echar a Nicolas Sarkozy. Lo echamos. Ahora tenemos a un socialdemócrata que no tiene nada de socialdemocracia, de Estado de bienestar social. Lo destruye. Es un social liberal. Hollande seguirá destruyendo porque sigue sacando dinero de la economía nacional. Cerrará hospitales, escuelas...

–¿Qué propone para cortar ese proceso?

–La acción popular. Intenté todo antes. Pertenecí al Partido Socialista 30 años, fui dirigente 15 años, fui ministro de Educación de Leonel Jospin. Lamentablemente hay que sacar la conclusión de que socialdemocracia en serio se acabó, como antes se había acabado el comunismo de Estado. El primer ministro griego, Giorgos Papandreu, fue presidente de la Internacional Socialista. Cuando los mercados financieros asaltaron a Grecia no resistió ni una hora. Lo mismo hizo José Luis Rodríguez Zapatero en España. Hoy pagamos que ninguno haya resistido. Con resistencia no habría habido esta ola de especulación que incluso llegará a Alemania, aunque se crea intocable.

–¿Alemania también?

–Claro. Es un tigre de papel. La población envejeció y cada vez hay menos niños. Cree que su producción no la puede hacer nadie más. ¿Acaso piensan que los chinos no terminarán produciendo lo que hoy producen los alemanes? ¿O los indios? Los principales clientes son los españoles, los franceses, los portugueses. Más del 80 por ciento del comercio de los países europeos es intraeuropeo. Si la recesión sigue, terminará pasando a Alemania. Los bancos continuarán cortando el presupuesto, luego verán que hay recesión y constatarán que la recaudación disminuye y entonces las calificadoras rebajarán la nota. Es un círculo vicioso.

–¿Cómo se corta?

–Otra vez: por la acción popular. Hoy la gente no entiende nada de deuda. Hay que explicar, informar, provocar la reflexión, trabajar con humor, descorrer el velo. Todo va a pasar como en la Argentina. En un punto la gente no entiende nada, ¿no es cierto? Y en otro punto siente que le saltaron a la garganta. No sé cómo, pero una vez pasará. Me pasa en las manifestaciones. La gente se me acerca y me pide que haga algo. ¿Qué puedo hacer, si no tengo ningún poder? En Buenos Aires hoy hay menos gente durmiendo en la calle que en París. Somos la quinta potencia del mundo. A algunos barrios no entran ni la policía ni los bomberos. En Europa empezamos a conocer lo que ustedes los latinoamericanos ya conocen: la acción de los carteles de la droga. Matan en la calle. No estamos acostumbrados. Me da mucha pena mi pobre país.

–¿En qué consistiría hacer algo desde el gobierno?

–Primero, yo no iría a pedir a la señora Angela Merkel. No le preguntaría si está de acuerdo con lo que quiero hacer. Los otros países son todos de derecha, pero no importa, no son enemigos. Entonces, podemos entendernos. Cambiemos el estatuto del Banco Central Europeo. Esa será la primera herramienta para financiar el desarrollo y la recuperación de la actividad económica. Y después está la radicalidad concreta que le mencioné. La planificación ecológica. El cuidado de no destruir ni al planeta ni a nosotros mismos. Estamos frente a una emergencia. ¡Somos capaces! Pero sufrimos líderes que no saben cómo es el mundo y qué hacer con él para mejorarlo. Ustedes lo saben bien: cinco presidentes en poco tiempo después de la crisis de fines del 2001, antes de Néstor Kirchner. En Venezuela el Caracazo terminó en muertos.

–No solo hay un problema de intereses sino de escasa lucidez.

–Sí. El hecho cultural siempre es importante en las elites. Están convencidos de lo que piensan y hacen. Gente cultivada que me ve a mí como a un loco. Y yo mismo, en cambio, soy la prueba de que las cosas suceden de manera muy tradicional. ¿Porque soy muy inteligente me votaron cuatro millones de personas? El compañero Alexis Tsipras, en Grecia, ¿llegó al 18 por ciento solo por su capacidad individual? ¿Y por lo mismo pasó del 18 al 28? Vamos a llegar al poder. No sé cuándo ni cómo, pero la cadena se romperá, como pasó en la Argentina. Un día la gente se para, mira y sale algo bueno. Claro que hay problemas. ¿Dónde no hay? Tienen los derechos humanos, esta ley de prensa que votaron...

–Es solo para los servicios de comunicación audiovisual, no es una ley de prensa.

–Entonces hay que hacer otra. Se habla mucho de independencia de la prensa, pero al final es la libertad de que todos digan lo mismo. La democracia no es el consenso, que es dictatorial, sino el disenso, que es popular.

–Coincido en ese aspecto pero no en el otro. Mi opinión es que la prensa escrita no debe ser regulada.

–No es mi punto de vista.

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“Los medios se han transformado en el principal partido opositor”

EL PAIS › EL FILOSOFO ERNESTO LACLAU Y LOS MODELOS POSIBLES DE DEMOCRACIA



Visitante cada vez más frecuente al país, analiza el triunfo de Chávez y la anomia europea en clave de construcciones políticas. El peligro de la oposición salvaje y el de la blandura. El rol de los medios en Argentina.
Por Fernando Cibeira


El filósofo Ernesto Laclau reside en Londres y tiene pautado viajar seis semanas por año a la Argentina, aunque reconoce que últimamente viene más seguido. Esta vez su llegada coincide con el ciclo Debates y Combates que la Secretaría de Cultura organizó en Tecnópolis, del que participaron también otros destacados politólogos, el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, y el

líder de la izquierda francesa Jean-Luc Mélenchon (ver páginas 18 y 19). Laclau recibe a Página/12 en el bar del Hotel Claridge poco antes de partir a la jornada de cierre del debate, todavía satisfecho por el resultado de la elección venezolana del domingo pasado y, como siempre, con el ojo atento a la realidad argentina.



–¿Le extrañó que el candidato opositor venezolano, Hernán Capriles, dijera que La razón populista era su libro de cabecera?

–No creo que haya dicho eso. De todos modos, si es su libro de cabecera, lo entendió poco.

–¿Lo dice por su propuesta de campaña?

–Por toda su intervención política, que apuntó a restituir el espacio político de la derecha en Venezuela. Muchas veces esos espacios políticos se construyen a través de discursos que no son formalmente de derecha pero que cumplen ese papel. En 1945, en Argentina, el discurso desde el punto de vista ideológico de la Unión Democrática, del Partido Comunista digamos, no era un discurso de derecha, pero funcionó políticamente como la plataforma electoral de la derecha. Eso pasa muchas veces. Yo había dicho que aquí grupos como Libres del Sur y Pino Solanas tenían como destino manifiesto terminar siendo aliados en un frente opositor antipopular, y eso es lo que está empezando a insinuarse.

–¿Lo sorprendió de alguna manera el triunfo de Hugo Chávez?

–No me sorprendió. Yo estuve unos días antes en la embajada argentina en Londres con la embajadora Alicia Castro y con un grupo de figuras de la izquierda británica, y todos coincidimos en que el triunfo de Chávez era ineluctable. Ha sido una victoria no sólo para Venezuela sino también para América latina, que está empezando una etapa en condiciones políticas y económicas mucho mejor que la que inició a comienzos de este siglo. Con la incorporación de Venezuela al Mercosur, la integración latinoamericana ha recibido un impulso fundamental. El Mercosur va a ser una potencia económica internacional de un peso considerable.

–¿Una derrota de Chávez hubiera revertido este proceso?

–No sé si lo hubiera puesto en peligro terminal, pero le hubiera puesto un freno.

–Si uno lee los medios de allá, da la sensación de que en Europa todavía les cuesta entender por qué los venezolanos siguen votando a Chávez. ¿Es así?

–En Europa hay una especie de cortina de humo que no sólo comparten por sectores de derecha sino también por algunos sectores de izquierda que forman parte de regímenes socialdemócratas, que tienden a coincidir en condenar la “deriva populista” de las revoluciones populares latinoamericanas. El problema es que la socialdemocracia europea se ha acoplado al tren del neoliberalismo. En casi todos de los países europeos la socialdemocracia ha jugado no un papel opositor al modelo dominante, sino un papel de complementación al modelo dominante.

–¿Cómo encuentra el clima político en Argentina, por estos días bastante centrado en la aplicación de la ley de medios?

–En Argentina la oposición política no logra construir un frente de fuerzas creíble. Eso es entendible porque ellos no pueden trascender el horizonte neoliberal que gobernó Argentina desde los mediados de los ’80 hasta el surgimiento del kirchnerismo. En esa medida, todos estos sectores están desaglutinados, sin propuestas reales. La única fuerza que consigue aglutinar una acción opositora son los medios, que se han transformado en el principal partido opositor. (Héctor) Magnetto es uno de los ejes de la acción opositora en la Argentina, incluso si él no actúa abiertamente en política. La acción opositora deriva hacia la acción social de los medios y estos sectores representan la única oposición creíble en este país.

–¿Usted también considera tan determinante el 7 de diciembre?

–Vamos a ver lo que pasa. Ahora se está jugando si va a haber una acción imparcial del Poder Judicial en términos de la demanda de Clarín o si va a haber una decisión cargada por la voluntad de crear obstáculos al Gobierno. El 7 de diciembre –o el 10, como dijo Cristina el otro día– es una fecha clave en el sentido de que el poder monopólico tiene que comenzar a desarticularse.

–En Argentina, la oposición, más que plantear un modelo alternativo al del Gobierno, plantea un discurso “institucionalista”, incluso uno de los motivos de unión opositora fue el rechazo a la re-reelección presidencial. ¿Cree que ese discurso es acertado?

–El argumento de un institucionalismo radical es típico de la derecha. Las instituciones nunca son neutrales, son la cristalización de la relación de fuerzas entre dos grupos y cualquiera que intente romper con esa relación de fuerzas iniciando un proyecto más radical va a chocar con el orden institucional vigente. Esto no significa que haya que pasar a un radical “antiinstitucionalismo”, de lo que se trata es de pasar a nuevas formas institucionales por las cuales las nuevas fuerzas intervinientes comienzan a expresarse. Eso me parece que está ocurriendo en Argentina. No hay el menor esfuerzo por parte del Gobierno por romper las normas institucionales vigentes pero sí hay, y eso lo considero positivo, un esfuerzo por crear una institucionalidad de tipo nuevo.

–¿Para esa institucionalidad de tipo nuevo sería necesaria una reforma constitucional?

–Hay quienes piensan que no, yo pienso que sí es necesaria. La última reforma constitucional de 1994 expresó la preponderancia del modelo neoliberal. Hoy, que el modelo está radicalmente cambiando, es necesario pasar a un orden constitucional nuevo. Se habla mucho de la cuestión de la reelección, pero no veo que eso sea tan sustantivo aunque estoy a favor de una reelección indefinida. No tiene que ver sólo por las circunstancias de Argentina sino con las circunstancias latinoamericanas en términos más generales.

–¿Se refiere a los liderazgos que surgieron en estos años?

–En la V República de Francia la centralidad de la figura de De Gaulle fue fundamental para crear un nuevo orden institucional, y nadie pensó en aquel momento que eso significara poner en cuestión el orden democrático. Formas institucionales nuevas son importantes para crear un orden jurídico nuevo en América latina.

–Hubo un cacerolazo en la Plaza de Mayo y hay otro en preparación. El Gobierno lo interpretó como una manifestación de sectores acomodados, ¿cómo lo ve usted?

–Es más o menos así. Son fenómenos periféricos. La última oposición con un programa hegemónico alternativo que surgió fue con la protesta en torno del campo. Hoy es, como Marx decía, que la primera vez es tragedia y la segunda comedia. Esto representa las secuelas del pasado, no creo que sea el polo de crecimiento de ninguna oposición real.

–¿No cree que alguien de la oposición puede capitalizar ese sector o ese malhumor?

–¿Pero quién es la oposición? Esto es un desperdigamiento de fuerzas sin significación alguna. Obviamente, van a hacer esfuerzos para tratar de capitalizar estos movimientos, pero la posibilidad de que tengan éxito me parece sumamente utópica.

–¿Por qué opina que el FAP y fuerzas afines van a terminar conformando un frente antipopular?

–En algún momento tuve la esperanza de que (Hermes) Bi-nner y las fuerzas que se agruparon alrededor de él pudieran generar una oposición creíble. Pero para constituir una oposición creíble es necesario compartir elementos fundamentales de un modelo. Un sistema político es aceptable en la medida en que las bases de un modelo de crecimiento sean aceptadas tanto por la fuerza hegemónica dominante como por los grupos opositores. Mi ilusión era que las fuerzas nucleadas en torno de Binner podían representar esa alternativa opositora dentro del mismo modelo nacional y popular que se estaba implantando en el país. Siempre va a haber personajes como Elisa Carrió, que van a empezar a vociferar en los márgenes del sistema, pero eso no cuenta. Lo que cuenta es si las fuerzas responsables que están en el interior del sistema pueden crear una convivencia institucional entre grupos diferentes. Pero si esas fuerzas, y éste es un mensaje para Binner y quienes lo apoyan, no son capaces de integrarse a un modelo que una fuerza socialista no puede poner en cuestión y empiezan a aliarse en una especie de coalición semigolpista, en ese caso la democracia argentina va a avanzar en direcciones que no son las preferibles.

–¿Cómo ve la situación del movimiento obrero, que quedó dividido en varias centrales?

–Representa la mejor expresión de que el movimiento obrero ya no tiene la totalidad estructural que tuvo en el primer peronismo. Es decir, el movimiento obrero sigue los clivajes que se van produciendo en el país. No me gusta la perspectiva de una división del movimiento obrero, pero creo que en esta circunstancia era inevitable. El afianzamiento del movimiento nacional y popular va a depender de que una fracción mayoritaria del movimiento obrero, como creo que está ocurriendo, se alíe a otras fuerzas que impulsen el modelo del gobierno.

–El Gobierno se ha hecho fuerte en la confrontación con diversos poderes pero, sobre todo a partir del cacerolazo, hay quienes piensan que tal vez la sociedad ya se cansó de esa confrontación. ¿Qué piensa usted?

–Sin una cierta confrontación, ningún sistema político democrático es viable. Uno de los problemas mayores que muestra la democracia europea es que hay por un lado un consenso entre la socialdemocracia y el liberalismo que representa un statu quo invulnerable. Entonces la gente empieza a sentirse no representada por el sistema de alternativa que el gobierno expresa. Cuando eso ocurre, el sistema político funciona mal porque si en el momento de las elecciones la gente no se ve confrontada con alternativas reales, hay indiferencia. Las expresiones de protesta, entonces, vienen de afuera del sistema. Lo que se puede llegar a lograr en América latina es un sistema político democrático mejor integrado en el cual haya confrontaciones reales. Que la gente que vote, por ejemplo en Argentina, por el kirchnerismo o vote por la coalición opositora tenga claramente el sentido de aquello por lo cual está votando. Si esa confrontación se crea y hay parámetros democráticos para el desarrollo de la confrontación, estamos consolidando la democracia en América latina. Si hay una confrontación tan radical que cada una de las fuerzas pone en cuestión la legitimidad del sistema institucional, vamos al desastre. Por otro lado, si se diluyera el momento de confrontación y, como en Europa, la gente se encontrara sin alternativas opositoras, habría también una disminución en la calidad democrática. Lenin decía que la política es siempre caminar entre precipicios. Entre el “ultrainstitucionalismo” y la confrontación absolutamente destructiva, hay que encontrar un camino intermedio. Confío en que en los próximos años vamos a construir el escenario en que esa confrontación, dentro de un marco democrático, sea posible.

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Con la mano derecha en el espejo

Página 12
Sábado 13 de Octubre de 2012.-

EL PAIS › PANORAMA POLITICO


Postales caribeñas   Por Luis Bruschtein
Se esforzaron por resaltar los parecidos entre Chávez y Cristina, pero las elecciones en Venezuela demostraron que las oposiciones son más parecidas que los oficialismos. El chavismo y el kirchnerismo reconocen sus coincidencias, pero al mismo tiempo aceptan que encarnan procesos diferentes. El centroderecha argentino había sido muy casero hasta ahora, pero su encuentro con la oposición venezolana se producía al mismo tiempo que Mauricio Macri se encontraba con el jefe de gobierno español, el conservador Mariano Rajoy. Se generaron lazos fuertes, aunque a los venezolanos les interesa más referenciarse con Miami que con otras fuerzas latinoamericanas, algo que puede tentar también al centroderecha local.




La oposición argentina con su disciplinada escolta mediática desembarcó en Caracas para festejar la caída del tirano o denunciar un fraude escandaloso. “Hay que ver al gordo Lanata este domingo que va a transmitir en directo la caída de un dictador”, decían algunos tweets que promovían al programa emblema de la oposición. Buscaban magnificar cualquier rebote en Argentina de la ansiada derrota de Chávez para desgastar a la Rosada. No estaban preparados para que ocurriera exactamente lo contrario, que su presencia sirviera para certificar el liderazgo auténtico de su demonio preferido en una elección ejemplar por la masiva participación ciudadana, por el orden sin incidentes y por la absoluta transparencia.

El desconcierto de la delegación del centroderecha argentino y los medios que la acompañaron quedó en evidencia por sus metidas de pata, al romper la veda electoral para anunciar el triunfo del candidato que en realidad perdió, o hablar de la necesidad de que Chávez reconociera su derrota, cuando el que se estaba preparando para ocultar la suya con denuncias de un fraude inexistente era el centroderecha venezolano, o al provocar un conflicto con periodistas en el aeropuerto. Extrañamente, de los doce mil periodistas de todo el mundo que cubrieron los comicios, ellos fueron los únicos que tuvieron problemas. La prensa antichavista (expresada por los grandes medios locales) anduvo como Pancho por su casa y los grandes medios norteamericanos resaltaron, por el contrario, la libertad con la que pudieron trabajar, incluyendo conferencias de prensa brindadas por Chávez a las que no asistieron los pequeños conspiradores argentinos.

Mal que les pese, la presencia del centroderecha rioplatense no logró constatar ni denunciar ninguna dictadura y, al revés, no pudo menos que certificar el alto nivel participativo de la sociedad que se ha conformado en el proceso democrático bolivariano. En una dictadura no vota en forma voluntaria más del 80 por ciento del padrón. En Argentina, donde el voto es obligatorio, el presentismo más alto apenas llega al 70-75 por ciento. La aprobación de esas elecciones por parte de los observadores del centroderecha implica también que la actuación del Consejo Nacional Electoral resultó transparente, lo cual demostró que el gobierno venezolano respeta la independencia de poderes por lo menos en los mismos estándares que las democracias mundiales. Y la actividad de los medios, sobre todo las coberturas groseramente antichavistas y abiertamente favorables al candidato opositor Henrique Capriles de los grandes medios venezolanos, de la mayoría de las agencias internacionales y del grupito de representantes de los grandes medios argentinos, demostró también que la libertad de prensa está vigente.

Es chistoso que la oposición venezolana se cuide tanto de acusar de golpista a Chávez porque, no hace tanto, ella misma participó en un golpe frustrado contra el gobierno democrático bolivariano. Ese tema se suele mencionar al pasar como algo implícito entre demócratas que suelen respaldar golpes de Estado para defender a la democracia.

La base social del centroderecha argentino, movilizada en el conflicto por la 125 y en los cacerolazos porteños, mantiene una actitud destituyente, es decir, no discute con el Gobierno, sino que busca su caída. La oposición venezolana pasó por esa estación, con esa misma mezcla de furia y desprecio, hasta el golpismo descarado. Ahora tomó conciencia de que para sostener alguna expectativa de triunfo necesita sacarle votos al chavismo y su estadio actual es el de reconocer algunos resultados de la revolución y acatar la Constitución bolivariana. Capriles, que tiene más antecedentes de derecha, se presentó como un reformista en la campaña y prometió, sin que le creyeran demasiado, que iba a mantener a las misiones, que son los amplios programas sociales que impulsó el chavismo.

Sirve el paralelismo, porque si el centro derecha argentino quiere crecer, necesita morder el 55 por ciento de Cristina Fernández. A esa misma conclusión llegaron antes los venezolanos cuando diseñaron una línea de acción menos agresiva con el chavismo. Pero aquí, la estrategia de confrontación permanente acentuó los rasgos más derechistas de Mauricio Macri. En vez de acercarlo, ese discurso lo aleja de la principal cantera disponible y hace que cada vez sea más difícil agregarle algunos toques de mínimo reformismo a la imagen ultramontana del jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires.

Poco a poco, la fuerza de Macri, acompañada por exponentes de las derechas del radicalismo, el PJ y otras, va encontrando una identidad internacional. Pierde los beneficios de la anomia inicial y gana lo que puede con los reflejos de otros procesos. La crisis española opacó el brillo de Mariano Rajoy y la estrella ascendente de Capriles lo hubiera reemplazado. También fracasó, pero se consolida una red de identidades como las que construyeron en Sudamérica Kirchner, Lula, Chávez, Evo, Lugo, Correa y Mujica. Capriles, Rajoy y Macri, y en menor medida el ex presidente colombiano Uribe y el chileno Piñera, dan forma a la constelación derechista.

Para la derecha venezolana, Rajoy o Macri son estrellas menores. El faro está en Miami, en las usinas de la ultraderecha norteamericana y cubana, muy ligadas a la colectividad de venezolanos residentes que se autoasumen como exiliados de Chávez. La burguesía venezolana tiene allí su principal lugar de residencia y en segundo lugar su país. Hay una tendencia creciente de las derechas latinoamericanas por referenciarse con Miami, cuyos centros de pensamiento cuentan con un poderoso arsenal mediático con inserción en todos los países de América latina. Ese fue el lugar –si se quiere en una decisión visionaria– que les facilitó la CIA a las primeras oleadas de exiliados cubanos.

Si los latinos votan en masa a los demócratas, y en especial a Barack Obama, las colectividades cubano-venezolanas y demás, de Miami, optan siempre por los candidatos más derechistas y no se llevan bien con los otros latinos. Miami es La Meca de los latinoamericanos ricos. Allí vacacionan y allí se sienten parte del gran imperio. No son colectividades con tradición democrática. Con la excusa del anticomunismo, han impulsado y apoyado todos los golpes militares en América latina, incluyendo al más reciente de Honduras. E incluso varios de sus representantes forman parte del Grupo de Tareas de los fondos buitre que operan contra Argentina. Algunos aspectos de esa línea de pensamiento se expresan en la forma tan parcializada con que la CNN cubre los procesos políticos latinoamericanos populares. Y la CNN no es la vertiente más recalcitrante.

Para los países caribeños, la relación con Miami resulta lógica hasta por el clima. La globalización y el desarrollo de los medios acercaron el Caribe al sur, y la base social del centroderecha argentino ya generó un lazo de familiaridad cultural y vagamente ideológico sin que todavía se exprese claramente en el plano de la política. Un embrión de esa inclinación se produjo con el menemismo y después se cortó. Sería una forma de alinearse con los Estados Unidos y con sus grupos más derechistas, los mismos que diseñaron con ese objetivo a ese primer exilio cubano lleno de agentes de la dictadura de Batista.

viernes, 12 de octubre de 2012

A 3 AÑOS DE LA HISTORICA "LFSCA"

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ EN EL ACTO DE LA AUTORIDAD FEDERAL DE SERVICIOS DE COMUNICACIÓN AUDIOVISUAL (AFSCA), EN EL MUSEO DEL BICENTENARIO, CASA ROSADA.

Gracias, muchas gracias, muy buenas tardes a todos y a todas; señores Gobernadores y Gobernadoras de las distintas provincias argentinas; queremos también darle la bienvenida al señor Jean-Luc Mélenchon, que fuera candidato a Presidente por la República de Francia, que hoy nos acompaña y ha querido estar presente en este acto, le damos la bienvenida: casi que después de las palabras de Martín Sabbatella no debería hablar, ha sido tan explícito, pero la verdad que es una fecha muy especial, hoy se cumplen tres años de la sanción y promulgación de esa Ley de Servicios de Medios Audiovisuales, auténtica creación de la sociedad, del pueblo de la Argentina. No fue un proyecto del Poder Ejecutivo, no fue un proyecto de ningún legislador, fue una construcción colectiva. Por eso tiene esa fuerza, por eso tiene esa inserción.


Recién Martín recorría muy rápidamente los números: 5.000 licencias tiene otorgado el Estado Argentino en radios, canales de televisión; 4.500 de esas licencias pertenecen a 2.500 titulares, personas físicas o jurídicas; las otras 500 están divididas en 250 en 25 grupos y las otras 250 en un solo grupo. La verdad que tenemos también muchas cosas para las cuales alegrarnos, las cosas que hemos logrado en estos 3 años y que han sido explicitadas por Martín, por el video: la generación de nuevas productoras, de nuevos contenidos, de nuevos emprendimientos, de nuevos puestos de trabajo, todo lo que va a ser y es conocido a diario por nuestra sociedad y que lo vamos difundir a través de estos dos videos. Él hablaba de un 7 de diciembre, de un 7D, que la Corte Suprema de Justicia de la Nación en un fallo ha marcado como el plazo para terminar con el proceso de adecuación que marca la ley y que increíblemente – tal vez usted no lo pueda entender Jean-Luc Mélenchon – pero le va a pasar lo mismo que a Chirac que no entendía que Astiz estaba en libertad. Tampoco se puede entender que una ley sancionada en el Parlamento Argentino, por amplía mayoría, pase tres años y todavía no se pueda cumplir, pero estás cosas pasan. (APLAUSOS). Pero junto a estás cosas han pasado muchas cosas importantes, como todo estos emprendimientos, estás 24 comunidades de pueblos originarios que han podido acceder a una señal, como las universidades, el orgullo que tiene esta argentina - como egresada de la Universidad Nacional de La Plata – LU11, la radio universitaria más antigua del mundo, señores: La Plata. Así que de acá un saludo para esa radio histórica. (APLAUSOS).

Y Martín hablaba del día 7 y que entonces al otro día el 8 tiene que cumplirse. El 8 no vas a poder Martín porque es el día de la Virgen, es sábado además – ya lo vi yo en el calendario – es el día de la Virgen. Ese día los que creemos en Dios – Moreno va a ir a Luján ese día, ¿no es cierto?- ese día va en peregrinación a Luján porque creemos en la Virgen, pero el día hábil siguiente por esas raras casualidades y esos destinos es el día 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos Universales. (APLAUSOS). Nada más y nada menos.

Como decíamos hemos visto en estos tres años medidas y medidas judiciales y jueces puestos a dedo. La última semana, los últimos quince días vimos como se intentaba frustrar que un organismo de la Constitución, creado por la reforma del año 94, como el Consejo de la Magistratura no pudiera designar los jueces surgido de un concurso que lleva ya más de 3 años y que fija como principio – algo que Jean-Luc Mélenchon va a entender muy bien – porque es el principio del juez natural, que hace al debido proceso. Cuando te ponen jueces especiales se rompen los principios básicos del Derecho Penal Occidental, que establecen que los jueces deben ser los jueces naturales, tanto en lo civil, como en lo penal, como en lo administrativo, como en todas partes.

Yo confío en las instituciones en mi país, tengo el deber como Presidenta de la Nación de hacerlo. Primero porque la inmensa mayoría está dentro de la ley y quiere vivir dentro de la ley. (APLAUSOS). Hay 2.500 titulares que están dentro de la ley y no solamente eso, sino que además podrían tener más licencias, y otros 25 grupos que han reconocido la autoridad del AFSCA, la autoridad del Poder Legislativo y en definitiva la autoridad del Poder Judicial de la Nación, que son los tres poderes básicos para vivir en una sociedad democrática. Porque esto – y esto lo quiero remarcar – que comenzó siendo un desafío si la sociedad argentina podía darse una nueva Ley de Medios, que asegurara la pluralidad, la diversidad, las distintas pinturas – a las que hacía lugar Martín, en un giro poético que me gustó mucho – las distintas pinturas se ha transformado, o lo han transformado precisamente los que se niegan a aceptar la vigencia de las instituciones en otra cosa, ya no es un desafío a ver si podemos hacer más plurales y más diversos, es un desafío a la democracia misma, si realmente puede haber algún sector, si realmente puede haber algún grupo económico, si realmente puede haber alguien que esté por encima de los tres poderes del Estado. Yo sinceramente creo que esto es un desafío muy grande, porque la construcción de la democracia, hoy, en el mundo contemporáneo tiene que ver con este reconocimiento de la democracia, pero tiene que ver también, se entronca no solamente con el reconocimiento de los tres poderes, sino también con la pluralidad de las voces.

Y si no miremos lo que está pasando, lo que ha pasado en los últimos días aquí en la región, cuando los medios no solamente porque esto no es un problema que aqueje únicamente a la República Argentina. Aqueja a la República Argentina en la medida en que no hay un cumplimiento de la ley, pero realmente la deformación, la distorsión, la no posibilidad de acceder a la verdad, a través de los medios de comunicación se da a lo largo y a lo ancho del planeta.

Si ustedes pudiera leer, hoy, un editorial, la editorial, del día de la fecha, del New York Times, donde hace mención precisamente a la distorsión y a la deformación… ustedes saben que va a haber elecciones dentro de unos días, como las hubo en Venezuela, hace unos días. (APLAUSOS). Va a haber elecciones en Estados Unidos, el martes 6 de noviembre y compiten, obviamente… no, no, no hay que silbar a nadie, van a elecciones y punto. Van a elecciones el partido republicano y el partido demócrata. En el día de la fecha el editorial del New York Times, uno de los diarios más importantes del mundo, tal vez el más importante de los Estados Unidos de Norteamérica… ustedes saben que en Estados Unidos quien es dueño de un diario no puede ser titular de ningún medio audiovisual, o sea quien es dueño del Washington Post, del New York Times no pueden… esta limitación en la Argentina no existe, quien es dueño de un diario puede ser también dueño de una radio y de una televisión; en Estados Unidos no.

The New York Times, en el día de la fecha, porque se puso en duda las cifras de desempleo, se han puesto en duda las cifras que elimina el Centro de Estadísticas y Censo Norteamericano, por parte de los republicanos, porque dicen que las cifras de desempleo no es la que anunciaron del 7.8, sino que es mucho más y que se ha hecho para impulsar la campaña de Obama. Y bueno, hay una campaña muy fuerte, a través también de los medios de comunicación.

The New York Times, hoy habla de “el mundo de las conspiraciones”, y dice: “vivir y darse manija – escuchen, no es mío lo de manija - “vivir y darse manija en ese mundo de teorías conspirativas significa rechazar cualquier forma de realidad objetiva”. ¿Le suena? “Cuando los números de desempleo dan bien están evidentemente ‘dibujados’ (encomillado del diario); cuando las encuestas ponen a Obama al frente son sesgadas; los certificados de nacimiento son falsificaciones; los programas de protección social son favores para partidarios; la reforma del sistema de salud es socialismo y la publicidad de las donaciones de campaña es anti-empresarial. Nadie esperaba que los republicanos celebraran una tendencia positiva para el país (…)”. ¿Se escucha lo que estoy leyendo, no? “Nadie esperaba que los republicanos celebraran una tendencia positiva para el país, pero casi de inmediato los presentadores en Fox News y los editores de los sitios web de la derecha vieron algo más siniestro: una conspiración, liderada por la campaña”. ¿Vieron una cosa curiosa? Utilizaron la palabra derecha, o sea en los Estados Unidos los medios saben que hay una derecha. Ustedes escucharon que algún medio de comunicación argentino hable de algún sector de la derecha; parece ser que todos están del centro para allá. (APLAUSOS). Estás son las cosas que yo admiro de esa democracia.

Y más adelante, “La acusación es absurda. La Oficina de Estadísticas Laborales, que junto con la Oficina del Censo realizan Encuestas de Hogares, está a cargo de funcionarios de carrera y es impermeable a la presión política y a la manipulación, como todo, salvo los hipnotizados en Washington entienden, pero esta vez, los teóricos de la conspiración fueron más allá de lo habitual. Jack Welch, ex CEO de General Electric, dijo que funcionarios de Obama en Chicago habían, obviamente, cambiado los números a pesar de que no tenían ningún tipo de evidencia”.

El artículo sigue, pero díganme si este artículo no podría ser de cualquiera de los diarios de nuestro país, no de todos, sino de algunos, sería injusta también mencionarlos a todos.

Esto para que veamos lo importante que son las pluralidades. Y miren que aquí en realidad, en Estados Unidos, realmente, hay ley antimonopólica de medios, pero realmente, cadenas como la Fox o como la CNN, también, en cierta medida, monopolizan la información.

Y también nos tocó vivir, como actores regionales hace unos días, la misma manipulación respecto de una elección que finalmente terminó convirtiéndose prácticamente de nacional en internacional y con un impacto regional que le dieron los propios que pensaban, debido a las mentiras que habían montado, que el presidente Chávez iba a perder las elecciones.

La verdad yo no había hablado del tema…Mañana ya les digo el título: “Reunión chavista”. Así que, se los adelanto.

Pero yo no había hablado de las elecciones porque no acostumbro a hablar de las elecciones de ningún país por una cuestión de no intromisión en los asuntos internos. Pero resulta que, la oposición o ciertos sectores de la oposición plantearon casi como que había elecciones, no solamente en Venezuela, sino también en la República Argentina.

Parece como que tuviéramos que tener elecciones todos los meses, o sea, desde octubre a acá deberíamos ir a elección todos los meses y realmente…bueno, fueron presas de su propia estrategia equivocada en ver todo como una catástrofe, en ver todo mal, en estar, como decía hoy Atilio Boron, en el octavo círculo del Dante que es el de los mentirosos contumaces.

Yo creo que la lección de democracia, de representación…Quiero agradecer también las palabras del presidente Chávez, no hacia esta Presidenta, sino a quien fuera mi compañero y el reconocimiento que hiciera a quien fuera presidente de todos los argentinos, mi compañero eterno de vida, en su labor en Mar del Plata, lo puso como al frente de la batalla en el ALCA y también su dedicación el día del triunfo.

Yo estaba mirando televisión y cuando vi en el Palacio de Miraflores a militares venezolanos en la terraza de la Casa de Gobierno agitando banderas venezolanas, banderas de su país, sentí un poco de envidia y me hizo acordar a aquel peronismo de los primeros años, del 46, donde pueblo y Fuerzas Armadas estaban absolutamente consustanciados con un proyecto de país. Me emocionó mucho ver a esos militares agitando las banderas de su país en la defensa de un proceso democrático, popular, nacional, diferente, porque cada uno de los gobiernos de la región, somos diferentes. Nos une a todos nosotros, sí, o por lo menos a la mayoría de nosotros, un punto en común: la movilidad social ascendente para nuestros pueblos, la inclusión social, las posibilidades de la educación, de la comida, de la vivienda, los derechos.

Por eso hay alegría. Jauretche decía siempre que las mayorías son siempre alegres, porque siempre las mayorías se constituyen, se conforman sobre la conquista y la ampliación de derechos. Quien conquista derechos, quien tiene más derechos, siempre está feliz. Y las minorías que pierden privilegio, solo tienen odio. Eso lo decía Arturo Jauretche.

Pero yo no quiero odio en mi país, porque, en realidad, este proyecto que llevamos a cabo desde el año 2003, no ha afectado los derechos, al contrario, este proyecto ha tenido la virtud de que los derechos que ha ampliado, que los derechos que otros han conquistado, no ha sido mermándole derechos a otros. Al contrario, esos otros tienen y están todavía aún mejor de lo que estaban en el año 2003.

Lo que pasa es que muchas veces los privilegios no consisten únicamente en conceptos económicos; consisten en conceptos culturales, en sentir a otros inferiores o diferentes para sentirse uno superior.

Por eso digo que yo aspiro a un país con mucho amor, aspiro a un país donde haya discusión, debate, pero que lo sean con argumentos, sin esas visiones catastróficas y apocalípticas que son imposibles de discutir. Cuando se niega todo, cuando nada se quiere ver, cuando se niegan todas las conquistas que hemos logrado, algunas incluso como la Asignación Universal por Hijo, que fueron proyectos de las minorías, adoptados en este caso por el Gobierno.

Claro, estos proyectos por ahí afectan sí algunos privilegios económicos. Yo no voy a olvidarme una reunión que tuve con gobernadores de la oposición hace ya dos o tres años atrás, y uno de los gobernadores, no los otros, uno solo que no es de nuestro partido, manifestó que en realidad la Asignación Universal por Hijo había traído el problema de que no se conseguía gente para trabajar porque no querían trabajar. Le dije: “No, mire, gobernador, lo que no se consigue es gente para explotar después de la Asignación Universal por Hijo, pero no para no trabajar”.

Como decíamos ayer junto a los compañeros de la Confederación General del Trabajo, que vinieron a visitarme, y les comentaba esta anécdota. En realidad, la Asignación Universal por Hijo, obviamente, no ha solucionado los problemas de todos los argentinos, sin lugar a dudas. Pero ha permitido completar en muchos hogares un ingreso que les permite llegar a fin de mes.

Pero además, ha permitido, y por ahí está el encono de algunos sectores, que ya no pueda poner una empleada en su casa a trabajar por 200 o 300 pesos únicamente, sino que tenga que pagar más. O conseguir alguien que recoja la fruta en trabajos golondrinas o cualquier otro tipo de trabajo estacional porque, obviamente, la gente al tener ese ingreso, exige un mejor ingreso para ir a trabajar.

Pero, por favor, quién puede creer que la Asignación Universal por Hijo va a quitar trabajadores. Al contrario, agrega mayor nivel de actividad económica a todos los sectores porque impacta directamente en el consumo y no es por nada, el increíble desarrollo que han tenido todas las cadenas de supermercados y de consumo electrodoméstico, etcétera, etcétera en este país.

Para terminar, y por qué es tan importante también esta Ley de Medios para permitir todas las voces y para evitar las distorsiones y para evitar los títulos mediáticos repetidos como disco rayado monocordemente, aquí tengo una vez más una cuestión que se ha venido dando con el tema –ya lo he repetido, creo, en otro oportunidad- del famoso cepo al dólar.

Señores: quiero decirles las últimas cifras de egresos netos de dólares en la República Argentina desde enero de este año hasta octubre. Hemos llegado a la cifra –y me quiero poner los anteojos para no equivocarme- de 80.017 millones de dólares que han egresado únicamente del mercado único libre de cambios para pago de importaciones. Tanto mito con respecto a las importaciones.

Bueno, quiero adelantarles que la Argentina ha tenido que pagar por importaciones, 48.588 millones de dólares. El 61 por ciento de esos 80 mil dólares. Pagos de deuda, sector privado, 10.505 millones de dólares; gobiernos locales, 553 millones de dólares; el resto…el total, por deuda, no del Estado, que ese es otro capítulo, 11.186 millones de dólares.

Turismo y viajes y pasajes: 5.537 millones de dólares y en buena hora que los argentinos puedan viajar. Otros pagos de servicios, 4.000; otros, 9.000, en total 80 mil. Y si le sumamos los dólares que ya no salen del mercado único de cambio, sino que salen directamente de las reservas, porque son los fondos del FONDEA para pagar la deuda que estamos pagando los argentinos y este Gobierno, provenientes de etapas pasadas y de otros gobiernos, llegamos a entre enero y septiembre del 2012, 6.357 millones de dólares entre títulos y organismos multilaterales.

En septiembre solamente, 543 millones, y en lo que va de octubre, ya llevamos pagados de deuda otros 246 millones de dólares.

¿De qué cepo cambiario o cepo del dólar están hablando?

En realidad acá lo único que hay es cepo democrático para el cumplimiento de la ley.

Queremos sinceramente dirigirnos y me dirijo como Presidenta de todos los argentinos, a todos aquellos que tienen responsabilidades institucionales en los tres Poderes del Estado: la ley debe cumplirse para todos, la ley debe ser igual para todos. No podemos vivir en una sociedad en que unos puedan cumplir la ley y otros violarla o lo que es peor aún, violentar los organismos de la Constitución para lograr designaciones o evitar designaciones que son las que establece la ley.

Pero tenemos que estar contentos igual, tenemos que tener alegría igual, porque hemos logrado muchísimas cosas y vamos a seguir logrando muchas otras.

Yo tengo gran confianza en la labor de Martín y de su equipo frente al AFSCA, gran confianza porque lo sé un hombre comprometido, no hace falta pertenecer a un mismo partido, tenemos también los argentinos que comprender la necesidad de ampliar nuestras bases de sustentación. Pero también la necesidad de saber que cuando el pueblo, que cuando el soberano, como le gusta decir a Hugo, decide, son ellos los que deciden quién va a tener la iniciativa política del país. Y esto no significa que las minorías no tengan derecho. Las minorías siempre…los 40 millones de argentinos tienen todos los derechos y garantías que les da la Constitución, pero en la segunda parte de la Constitución, se establece quiénes gobiernan, cómo gobiernan y cómo se hace. La Constitución hay que leerla completa, del primer artículo hasta el último.

Y además, saber que quién tiene la iniciativa política, tiene, no solamente el derecho, sino la obligación y el mandato de quiénes lo votaron de cumplir con las cosas por las cuales lo votaron.

Yo me pregunto y para terminar con esta cuestión: cuando el 6 de noviembre Estados Unidos elija presidente, si gana Obama, ¿qué va a decir? Voy a seguir las políticas del Partido Republicano. No, va a seguir sus políticas. Y si gana el señor Romney, del Partido Republicano, ¿qué va a seguir? Las políticas de su partido, no las de Obama, las está combatiendo a tambor batiente.

Entonces, por favor, no necesitamos consejos externos; necesitamos mucho consenso interno entre todos los argentinos para saber que tenemos un país y un pueblo soberano, una Constitución que respetar, una ley que es igual para todos. Porque solamente nos hará libres, solamente seremos verdaderamente libres todos y cada uno de los 40 millones de argentinos, si cada noche, cuando nos acostamos, luego de saludar a nuestros hijos, de darle un beso a nuestro compañero, al que le quede y tenga la suerte de tenerlo, apaga la luz y sabe que la ley es para todos y que al otro día todos van a tener las mismas obligaciones.

Yo quiero vivir en ese país, no en ningún otro, y es este, mi país, la República Argentina.

Muchas gracias y buenas tardes a todos. (APLAUSOS)

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